No tendré tiempo para arrepentirme, lo sé: "¿quién te obliga a hacerlo, Gianluca", me diré, "para desatar una polémica entre los automovilistas en pleno agosto"? Al menos entre los que les encanta "sentir" el coche cuando lo conducen, y para ello les encanta la caja de cambios manual.
Bueno, apedréame, pero esto está por terminar. Probablemente cuando cambies de coche para comprar uno nuevo (o como mucho para una compra posterior) no encuentres muchos otros similares.

La transmisión manual está al borde de la extinción
Si preguntas en los Estados Unidos, ni siquiera entenderán la controversia. Ya en 2000, solo el 15% de los automóviles nuevos y usados vendidos por el concesionario de automóviles CarMax estaban equipados con una caja de cambios manual. En 2020, este porcentaje se redujo al 2,4%.
Y los coches eléctricos, que hoy (en los albores de una transición espectacular) representan más del 5% de las ventas, prácticamente no tienen ni uno, cambio.
Y ahora, algunos rumores: Mercedes-Benz podría renunciar por completo transmisión manual para fines de 2023, en todo el mundo. Volkswagen hará lo mismo y abandonará la transmisión manual para 2030, y otras marcas no serán la excepción. En esos lares, en fin, su extinción es prácticamente segura e inminente.
¿Y en el viejo continente? Sé que ya estás molesto, pero tengo la intención de continuar.
Transmisión manual, su eliminación lleva tiempo
No podemos decir que no hemos sido advertidos. Desde hace años, el declive de la transmisión manual es más o menos notable. Y sus defensores luchan duro para evitar su desaparición: aquellos que aprenden a manejar todo el auto, en cambio, tienden a divertirse más y conducir mejor. Estaba, por supuesto, también (al menos hasta ayer) el hecho de que los coches con cambio manual son más baratos tanto en compra como en mantenimiento, y otras pequeñas ventajas.
El principal atractivo de la caja de cambios manual, sin embargo, deriva de la sensación que transmite al conductor: la sensación, real o imaginaria, de tener el control.
no es solo un habito
El ser humano siempre ha desarrollado herramientas que ayudan a la locomoción: caballos, carruajes, bicicletas, carros. Y luego extienden su conocimiento a estas herramientas. El conductor "se vuelve uno" con el automóvil, el vehículo se convierte en una prótesis. Ni que decir tiene que moverlo, controlarlo, es moverse uno mismo. Esta 'fusión' solo es efectiva cuando puede interpretar los componentes del instrumento que está utilizando. El jinete percibe el paso del caballo, el conductor debe 'sentir' el par del motor, etc.
La tecnología automotriz moderna ha comenzado a inhibir este sentimiento. La dirección asistida, la inyección electrónica, los sistemas antibloqueo y, sí, la transmisión automática dificultan estos vínculos naturales entre la acción y la percepción. Y muchas personas ya no pueden "sintonizar el automóvil".
La caja de cambios manual se ha convertido en el objeto por excelencia de esta pérdida. Actuar sobre la caja de cambios y el embrague es un gesto lleno de significado. Representa el encanto de la calle, con todos sus puntos fuertes y débiles. Por eso, la inminente desaparición de la caja de cambios manual es una gran transición cultural: el abandono de un símbolo, el cuerpo humano trabajando al unísono con el mundo de la ingeniería.

Un proceso que se acelerará en los próximos años
La desvinculación de los seres humanos de los vehículos se acelerará en los próximos años. Si la transmisión automática ha convertido la palanca de cambios en un monumento a la pérdida de control, yo vehículos autónomos pretenden hacer lo mismo con el volante. En ese momento, la perspectiva cambiará totalmente. Los pasajeros pasarán a otra cosa, como si estuvieran en un tren: leerán, verán la televisión, trabajarán, jugarán.
Tomará algún tiempo llegar allí. Mientras tanto, la industria automotriz quitará progresivamente el control a los conductores tal como lo han hecho otras industrias con otros electrodomésticos, electrodomésticos y servicios. Del horno al buscador, del navegador GPS a la diagnosis, automatismos y algoritmos reinan cada vez más soberanos.
Por este motivo, la caja de cambios manual, por muy marginal que esté a punto de convertirse en la era de los smartphones, sigue siendo un baluarte del control. Cuando un conductor cambia de marcha, su intención se materializa en una acción gratificante, con la activación de marchas literales.
Su final marcará el adiós a un elemento psicológico importante: saber que todavía hay un dispositivo esencial y cotidiano que “se puede sentir que funciona”. Su simple existencia nos dice que los humanos y las máquinas aún pueden comunicarse.
La transmisión manual es una forma de esperanza, y pronto la dejaremos atrás.