Muchas veces nos hemos hecho esta pregunta, incluso en este blog: ¿y si todo lo que nos rodea no es tan real como creemos? Imagine por un segundo que el planeta en el que vivimos, el sistema solar, nuestra galaxia y, en última instancia, todo el universo que vemos como infinito en realidad no es más que una simulación.
Esta es una teoría reciente y controvertida: un universo simulado, cuya prueba serían pequeñas ondas aquí y allá. Entre estos, los fenómenos que algunos perciben y califican como 'fantasmas'.
Esto es lo que afirma el informático Guinn de curry de la Universidad de Carolina del Norte. La idea de Guinn es bastante especulativa: "Todos experimentamos el mundo que se nos entrega en términos de un paquete de 3 libras de grasa, proteína y agua salada, el cerebro, conectado de una manera que crea nuestro sentido de la realidad".

Por supuesto. Sin embargo, esto no prueba nada.
Quiero decir, ciertamente no prueba que la humanidad sea parte de un universo simulado, una especie de experimento científico en el que todo está predeterminado.
En cualquier caso, Guinn pone como prueba el hecho de que existen fenómenos de diferente naturaleza (déjà vu, fantasmas, diplopía y extrañas coincidencias). En realidad, serían fallas en 'Matrix', no sé de qué otra manera decirlo.
Además, Guinn no es el único que apoya esta tesis. He subrayado en el pasado Las creencias de Elon Musk y las proyecciones que hacemos sobre nosotros mismos: nuestra especie ya es capaz de construir algún tipo de simulaciones, y su potencial plantea nuevas dudas. Si somos capaces, alguien antes que nosotros puede haber creado una simulación aún más detallada, de la cual podemos ser parte.
Universo simulado: o somos parte de él, o lo creamos, o los dos
Las tesis de Guinn y Musk, como es bien sabido, derivan de las teorías expuestas en un artículo científico de Nick bostrom, un conocido (y controvertido) filósofo. La teoría de Bostrom sugiere que existe una posibilidad muy alta de que vivamos en una simulación por computadora.
Según los informáticos, los desarrolladores de videojuegos nos catapultarán en una nueva dirección en la que desafiaremos los límites de lo que antes considerábamos imposible. "Inevitablemente crearemos realidades que no se pueden distinguir de esta realidad", dice Guinn.
El ejemplo que plantea: ¿una IA sensible (o casi) que se encuentra en un videojuego complejo y realista se da cuenta de que es simplemente el personaje de un videojuego? Probablemente no.
No puedo discutir, soy honesto.