A finales de junio, los líderes del sector ferroviario europeo se conocieron en lyon, en Francia, para presentar la audaz visión de un vasto sistema ferroviario de alta velocidad ultramoderno.
La red ferroviaria propuesta uniría todas las principales ciudades de la UE proporcionando una alternativa sostenible (e igualmente eficiente) a la industria del transporte aéreo. Misma distancia recorrida, más o menos el mismo tiempo que los vuelos de corta distancia, muchas menos emisiones.
“Ya hemos logrado avances significativos”, dice. Alberto Mazzola, director ejecutivo de la Comunidad de Ferrocarriles Europeos. “El París-Lyon, el Milán-Roma, el Barcelona-Madrid y el Berlín-Munich fueron triunfos nacionales para los ferrocarriles. Ahora queda mucho por hacer para aplicar las estrategias europeas de la Trato verde".
El tren de los deseos
La ambiciosa propuesta presentada en Lyon tiene como objetivo triplicar el kilometraje de las líneas ferroviarias europeas existentes para 2050. Sin embargo, aunque esta propuesta de red ferroviaria podría ayudar a la UE a lograr sus objetivos de reducir las emisiones de carbono, otros dudan que realmente funcione.
La Comisión Europea estima que el transporte representa el 25% de las emisiones europeas. Los viajes por carretera y por aire son los dos principales "contribuyentes" de este sector, y el ferrocarril es una alternativa mucho más ecológica que ambos.
entonces que estamos esperando ' Frenado. Hay buenas redes internas, pero las cosas se complican cuando necesitas una red ferroviaria que involucre a varios países. Los gastos altísimos y las regulaciones contradictorias pueden causar tensiones, con obstáculos burocráticos al acecho prácticamente en cada esquina. Por no hablar de que todo el sector ha sufrido un golpe terrible debido a la pandemia.
¿Lo haremos?
Una red ferroviaria que nos hiciera volar
Hay algunos proyectos internacionales importantes (como el Túnel del Canal y seguimiento de Thalys) que muestran el camino para desafiar los obstáculos burocráticos y financieros. que podrían verse como precedentes prometedores para desafiar las barreras burocráticas y financieras.
La próxima finalización de la Corredor Escandinavia-Mediterráneo (spoiler: no es un túnel por toda Europa, es una red ferroviaria) va en esta misma dirección.
Qué decir: lleva el tiempo que lleva, pero si las cosas encuentran el equilibrio adecuado, el Viejo Continente podrá prescindir (o casi) de los vuelos de corto radio.