El jefe de la AIE, Agencia Internacional de Energía, Fatih Birol, afirmó que la crisis energética mundial podría empeorar en los próximos años. Con un centro neurálgico que estará bajo una auténtica tormenta, empezando ya este invierno: Europa.
¿Invierno en Europa? muy, muy dificil
"El mundo nunca ha visto una crisis energética tan grave en términos de profundidad y complejidad". los dijo ayer Birol en un evento de la industria en Australia. "Es posible que aún no hayamos visto lo peor: es una condición que está afectando a todo el mundo".
El líder de la AIE señaló que todo el sistema energético mundial está en crisis después del inicio del conflicto en Ucrania, hay precios de las materias primas energéticas por las nubes y todas las consecuencias que traen consigo.
La situación es particularmente grave en Europa, donde, dice Birol, “este invierno [...] será muy, muy difícil. Esta es una gran preocupación y podría tener serias implicaciones para la economía global".
Prepárate para el impacto
La aprensión por el invierno es absolutamente legítima y lamentablemente también justificada. Especialmente después de que Rusia cortó el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream 1 en junio, culpando a una turbina canadiense (Canadá que acababa de imponer nuevas sanciones a Moscú).
A principios de esta semana, Canadá acordó devolver la turbina cuando Alemania (que está preocupada no solo por el invierno, sino también por este verano) le pidió que hiciera una excepción, pero Gazprom cerró por completo el flujo de gas a través del Nord Stream 1. ¿La razón? Un "mantenimiento programado", pero el temor es que no reinicie el flujo una vez que se complete el mantenimiento.

El GNL no es suficiente, y no será suficiente
Europa ha importado GNL de todo el mundo para reponer sus reservas de gas para el invierno y para impulsar sus economías en un esfuerzo por reducir las importaciones de gas ruso, pero aún tiene un largo camino por recorrer antes de alcanzar la meta de80% a finales de octubre.
Birol comparó la situación actual con la crisis del petróleo de la década de 70 y señaló cómo esa crisis (con su kit de austeridad) impulsó importantes avances en la eficiencia del combustible.
La esperanza es que esta grave situación dé más impulso a la transición hacia energías bajas en carbono: pero es una esperanza que no devuelve la serenidad.