Huelen a diabetes, cáncer y Covid-19. Y parecen bastante intrigados por los olores de las cacas (suyas y ajenas). ¡Son los perros! Los conoces, con esa gran nariz siempre pegada a todos lados, somos muy conscientes de su poderoso olfato, pero un estudio reciente aún nos asombra.
El investigador erica andres La Universidad de Cornell y sus colegas acaban de mapear las vías olfativas en los cerebros de los perros domésticos (canis familiaris ) utilizando resonancias magnéticas de difusión. Esta técnica utiliza diferencias en el flujo de moléculas, como el agua, para crear un mapa complejo de estructuras de tejidos.
Un mapa para entender en qué se convierten los olores en el cerebro de un perro
Los investigadores desarrollaron mapas tridimensionales de las vías nerviosas en los cerebros de los perros y rastrearon extensas conexiones de materia blanca entre los sistemas olfatorio y visual, revelando una vasta vía de información previamente desconocida.
“Nunca hemos visto en ninguna otra especie esta conexión entre la nariz y el lóbulo occipital”, explica el investigador pipa johnson. “Es algo similar a lo que se encuentra en el sistema visual humano”.
En resumen, ¿los perros "ven" los olores? Es muy probable que esto sea lo que permite que nuestros compañeros inteligentes operen con tanta eficacia incluso sin ver. En el pasado, varias personas han teorizado empíricamente esta conexión, pero nadie lo ha probado.
Un "centro de clasificación" olfativo
El olfato de un perro por sí mismo está extraordinariamente dotado, con más allá 220 millones de células que detectan olores (tenemos menos de una cuarta parte de ellos). Con solo su nariz, los perros pueden formar una conciencia espacial, leer "mensajes" químicos, percibir nuestro estado de ánimo e incluso rastrear fuentes de calor.
Cuando entramos en una habitación utilizamos la vista para hacernos una idea del espacio que estamos a punto de atravesar, de los obstáculos, de las presencias. En los perros, el sentido del olfato y la vista están entrelazados: y eso no es todo. El estudio también encontró vínculos con otras cuatro regiones del cerebro.
Un mapa de las vías nerviosas en el cerebro del perro. Al igual que en los humanos, es probable que las vías olfativas hacia la corteza piriforme (verde) y el sistema límbico (azul) vinculen el sentido del olfato con la memoria y las emociones. Se cree que la corteza entorrinal (ruta rosa) elaborar huele y también se relaciona con la memoria. Otro descubrimiento inesperado, también las conexiones entre el bulbo olfatorio y el tronco encefálico a través del tracto corticoespinal (turquesa). Pueden desencadenar respuestas "instintivas" y "automáticas" a los olores que no involucran otras áreas del cerebro.
Los siguientes pasos
Los investigadores obviamente advierten que se necesita más investigación antes de poder establecer la función exacta de todas estas conexiones. No hay certeza de que los perros puedan "ver" físicamente los olores, pero estos hallazgos sugieren que el sistema olfativo juega un papel principal, si no dominante, en la cognición canina".
Las conclusiones de este estudio, que te enlazo aquí, son el extraordinario punto de partida de un nuevo viaje para descubrir los animales más cercanos a nosotros.