Investigadores australianos han desarrollado una técnica para despertar las células madre pancreáticas y producir insulina: podría ser un nuevo enfoque para tratar la diabetes tipo 1.
Hicieron esto utilizando un medicamento ya aprobado por la FDA, pero aún no para el tratamiento de la diabetes. Aunque la investigación aún se encuentra en las primeras etapas, este método podría conducir a futuras terapias en las que las células recién nacidas productoras de insulina (células beta) se utilizarán para reemplazar las destruidas en los diabéticos tipo 1. Los resultados se han presentado en un nuevo estudio. publicado en la revista Transducción de señales y terapia dirigida (lo enlazo aqui).
"Es un paso importante hacia el desarrollo de nuevas terapias", dice el autor principal, el profesor Assam El Osta, epigenetista y líder del grupo de investigación de la Universidad de Monash, Australia.

Reprogramar las células madre del páncreas
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que las células beta productoras de insulina en el páncreas se destruyen selectivamente.
"Los pacientes confían en las inyecciones diarias de insulina para compensar la falta de producción del páncreas", explica El-Osta. “Hoy en día la única terapia alternativa requiere el trasplante de islotes pancreáticos, pero se basa en donantes de órganos. Por eso tiene una difusión muy limitada”.
Las células progenitoras pancreáticas son células madre con la capacidad de diferenciarse en varias células del páncreas, incluidas las células beta. Para reprogramar estas células para producir insulina (y luego devolverlas al páncreas), el equipo la recolectó de un donante con diabetes tipo 1 y dos donantes no diabéticos.
Luego, estas células se trataron con un principio llamado GSK126. ¿El resultado? Los investigadores restauraron la expresión del gen de la insulina en estas células.
Implicaciones para el cuidado futuro de la diabetes
Actualmente existen algunas limitaciones a tener en cuenta. La primera: el estudio aún involucra a muy pocos sujetos para estar seguros de que será posible generalizar. Lo mismo ocurre con los efectos: ¿serán transitorios o de largo plazo?
Se necesitará más trabajo para definir las propiedades de estas células y establecer los protocolos necesarios para aislarlas y expandirlas. Una terapia aún está más allá del horizonte en este momento.
Sin embargo, el estudio es de hecho un paso muy importante en el camino hacia el diseño de un tratamiento duradero que podría (este sería el gran avance) ser aplicable a todos los tipos de diabetes