Es muy probable, nos decimos a menudo en este blog, que en un futuro no muy lejano nuestras carreteras estarán llenos de vehículos autónomos. OIII es un concepto de sistema de movilidad completamente autónomo construido sobre una infraestructura para transporte urbano y sistemas de entrega.
Reformulo para mayor claridad: es una plataforma de transporte urbano autónomo que puede "cambiar de forma". Puede transportar personas, o entregar paquetes, o un poco y un poco. Con cosas como esas, la reducción del tráfico y una movilidad más efectiva y "centrada en el ser humano" serían objetivos mucho más accesibles. Echemos un vistazo a OIII.


OIII, Transporte urbano "transformador"
OIII (para amigos O-Three) es un proyecto del estudio de diseño 2050.Laboratorio que se propone como el futuro de la tecnología autónoma para una logística eficiente. En la mente de sus "seguidores" es un vehículo económico, sostenible y ecológico, fabricado con materiales reciclables.
Consta de tres posibles módulos, que corresponden a otras tantas aplicaciones:
- Chasis-módulo multifuncional sin conductor (realiza actividades de transporte urbano de última milla para pasajeros y mercancías);
- Módulo de pasajeros (es prácticamente una parada de autobús móvil);
- Contenedor de carga-postamat / productomat con compartimentos aislados especializados para el almacenamiento de mercancías o para la recogida de residuos.


Espacios que se mueven
Este proyecto muestra que ha analizado cuidadosamente las tendencias en el desarrollo del tráfico urbano. No me lo imagino en las ciudades de hoy, pero en las de mañana me parece imprescindible. Si, de hecho, los vehículos autónomos se convierten en un estándar, el concepto mismo de "vehículo" cambiará radicalmente. Ya no es solo un vehículo dedicado exclusivamente al transporte, sino todo un espacio que se mueve por sí mismo mientras es vivido.
Podremos ver habitaciones B&B viajar solo entre itinerarios turísticos. gente haciendo gimnasia camino a casa. Las personas que aprovechan una "habitación privada" para celebra con amigos y recorre la ciudad también. Las aplicaciones para el transporte urbano son muchas.
Imaginemos, por ejemplo, un gran contenedor para la recogida selectiva de residuos que, cuando está lleno, sale y va solo a la planta de reciclaje. O un vehículo que, según la situación, transporte mercancías o personas sin nunca estar parado o vacío. O una parada de autobús que, una vez llena, sale sola hacia los destinos requeridos. Esta es la OIII.


¿Cómo cambiarían los espacios?
Radicalmente. Siguiendo una línea que hoy nos parece confusa, pero que para nuestra posteridad parecerá natural y hará sus vidas diferentes. Se reducirán los espacios para vehículos, en favor de espacios peatonales o de micromovilidad. El número total de vehículos se reducirá drásticamente y tendremos menos atascos de tráfico y ciudades más limpias. Muchos estacionamientos desaparecerán porque son inútiles y su espacio será reconvertido.
Las tiendas también adoptarán formas más 'híbridas', integrando ventas con entregas autónomas. Se podrá pedir ropa a prueba que se traerá directamente desde un vehículo autónomo: unas serán elegidas y pagadas, las otras volverán solas a la tienda.
Estos son sólo unos pocos ejemplos de aplicaciones prácticas.
Proyectos como OIII nos hacen entender cómo puede ser una piedra angular del futuro optimizar las cadenas logísticas. Sobre todo en el transporte urbano. Transportar mejor personas y mercancías adaptándose a los escenarios en tiempo real y evitando que un mar de vehículos vacíos circule por las carreteras (o en los bordes de las mismas).