Investigadores de la Universidad de Minnesota han desarrollado un método para cambiar las propiedades de un metal y hacer que imite las de diferentes metales. La investigación es publicado en línea en JACS Au.
El procesamiento químico en el último siglo se ha basado en el uso de materiales muy específicos: metales como el rutenio, el platino, el rodio y el paladio, con propiedades electrónicas superficiales extraordinarias. Pueden actuar tanto como metales como como óxidos metálicos, lo que los hace fundamentales para controlar las reacciones químicas.
Si os parece complejo el asunto, os pongo un ejemplo inmediato: en el último año en Italia han aumentado de forma espectacular el robo de convertidores catalíticos. ¿Porque? Pues porque dentro de ellos hay metales como el rodio y el paladio: este último puede ser más caro que el oro. Su escasez se está convirtiendo en un gran obstáculo para el progreso tecnológico.


Se necesitan metales menos raros
Aquí es donde el equipo de la Universidad de Minnesota dirigido por Pablo Daenhauer, profesor de ingeniería química y ciencia de los materiales. Con su equipo, Dauenhauer ha desarrollado un método para ajustar las propiedades catalíticas de materiales alternativos a los metales que he enumerado.
Para ello, aprovecharon sus conocimientos sobre el comportamiento de los electrones para conseguir un resultado: un dispositivo condensador catalítico que permite regular el número de electrones en la superficie del catalizador. ¿En resumen? Transforman el óxido metálico en algo que imita las propiedades de otro.
Esto abre una oportunidad completamente nueva para controlar la química y hacer que los materiales populares y económicos se comporten como metales preciosos.
¿Cómo funciona el 'condensador catalítico'?
El dispositivo utiliza películas de tamaño nanométrico para mover y estabilizar los electrones en la superficie del catalizador. En concreto, los investigadores combinaron una película de aluminio con grafeno, optimizando este último para que adquiriera las propiedades de otros materiales.
La capacidad sustancial para ajustar con precisión las propiedades catalíticas y electrónicas del catalizador superó nuestras expectativas.
¿Qué significa, en pocas palabras? Que la aplicación de estos capacitores catalíticos a los metales más comunes les permitirá reemplazar a los preciosos en muchas aplicaciones. sobre todo almacenamiento de energía renovable, la producción de combustibles renovables y la producción de materiales innovadores.
Me parece un invento increíble, que podría reabrir la carrera para desarrollar nuevas tecnologías sostenibles.