La formación de testudo, o "tortuga", era un tipo de disposición que las legiones romanas utilizaban habitualmente. Los soldados formaron un caparazón completamente cerrado con sus escudos para brindar protección en todos los lados y sobre la cabeza, similar a un caparazón de tortuga. Los legionarios romanos utilizaban el testudo para defenderse de las flechas mientras avanzaban hacia las puertas de la ciudad o permanecían inmóviles en defensa.
Inspirándose en este arreglo de "concha de tortuga", el diseñador coreano Seunghwan Ra ha desarrollado una aplicación moderna de la antigua técnica militar en situaciones de emergencia, tales como terremotos: se llama propio Tortuga.
Testudo, casco multifuncional contra terremotos

Imagina una especie de lámpara de emergencia que está ahí, colgada en la pared, encendida incluso en caso de problemas. Si hay desastres naturales (y en particular terremotos), una fuente de luz guía a las personas hacia una ruta de escape: Testudo simplemente se guiará hacia sí mismo.



Una vez despegado de la pared, el casco (de tamaño no muy diferente al de las bicicletas) permite colocarlo sobre la cabeza, con una funda adicional para los hombros: en este punto, una parte del casco desciende sobre el pecho y bolsas de aire especiales se inflan para ofrecer protección contra impactos.
Fin. Los órganos vitales del usuario de Testudo se vuelven a prueba de escombros.

El camino hacia el prototipo final
Como siempre ocurre con los objetos que tienen múltiples funciones, el casco sísmico también ha pasado por diversas etapas. Progresivas incorporaciones han perfeccionado el concepto original añadiendo protecciones adicionales (una, muy importante, para la columna cervical) e incluso un faro que luego proporciona una luz útil para salir adelante.
El elemento crucial (es decir, la idea de una protección inflable integrada) apareció en el camino, lo que le permitió a Ra aplicar los principios y la dinámica de los colchones de aire tradicionales.
Aquí está el primer prototipo.

¿Qué tal si? La próxima vez que nos sorprendan los terremotos podríamos agradecer a los romanos su ingenio y previsión. Y si no tienes un casco de este tipo a mano, tal vez sea hora de invertir en uno. casa pequeña antisísmica :)