Los japoneses siempre tienen debilidad por los robots "mascotas": son tan kawaii que es agradable acariciarlos y ver sus lindas caritas. Si combinas este factor con la necesidad siempre apremiante de cuidar las plantas (y el tiempo limitado disponible), estoy seguro de que en la tierra del Sol Naciente encontrarán fantástico este UMOZ.
El cangrejo robot que cuida las plantas (y el estado de ánimo)
UMOZ es una especie de pequeño robot "araña" desarrollado por panasonic. Tiene una bonita forma: su cuerpo cubierto de musgo lo convierte en un cruce entre un bonsái y un cangrejo de los que se ven en los videojuegos.
¿Para qué se utiliza UMOZ? En definitiva, interactuar con los humanos y ayudarlos a mantener en forma los espacios verdes de su hogar o lugar de trabajo.
¿Cómo? Con sus sensores de humedad y luz se mueve solo a medida que cambian las condiciones ambientales, y como un perro policía viene a avisar cuando una de las plantas de tu casa u oficina necesita cuidados. Cuando hay suficiente sol y la humedad es la adecuada, UMOZ se hace a un lado por sí solo y se convierte prácticamente en un adorno (o en un "animal" de mascota).
Un guardián cubierto de musgo
¿Te resulta extraño? Yo también. Y no son sus 6 patas las que lo ayudan a moverse, eso es algo que he visto en otros lugares. También se ha explorado el concepto de un robot "botánico": he visto un dispositivo similar plantando semillas para hacer verde el desierto, p.ej. O una maceta-robot llamada Hexa, que alberga las plantas directamente sobre su espalda y va a buscar el sol por su cuenta.
Este, sin embargo, es el primero en tener un atractivo "casero" que podría convertirlo en un producto masivo. Echa un vistazo al vídeo y entenderás por qué.
En resumen, este cangrejo cubierto de musgo es un dispositivo ingenioso y puede hacer su parte para ayudar a los usuarios a cuidar sus plantas con poco esfuerzo. El embrión de toda una serie de micro "facilitadores" que quizás algún día encontremos en nuestros hogares (tanto en formato físico como simplemente digital).
