Segundo el último informe climático de la ONU, millones de personas más se verán obligadas a trasladar sus hogares, negocios y vidas debido al calentamiento global. Los expertos que escribieron el informe sugirieron que ver la migración climática como algo bueno en lugar de una catástrofe es clave en nuestro proceso de adaptación a un futuro más cálido.
Las naciones más ricas miran con terror la migración climática, la convierten en un asunto de seguridad nacional. No es casualidad que militarizaran sus fronteras (en un caso incluso previendo patrullas de perros robot).
Sin embargo, según el informe al que vinculé al principio de la publicación, la migración climática puede ser una solución. Un factor positivo que permitiría a las personas sobrevivir alejándose de los riesgos, oa las familias mantener su nivel de vida encontrando trabajo en otro lugar.
¿Es la migración climática un factor positivo?
Una premisa es imprescindible: esta evaluación solo se mantendría si la migración climática estuviera bien planificada. "Podemos hacer que la adaptación al cambio climático sea parte de la deslocalización si proporcionamos y establecemos sistemas de apoyo para ello", escribe David Wrathall. Wrathall, profesor de peligros naturales en la Universidad Estatal de Oregón y autor principal del informe, no ve otra alternativa. “También porque el costo de llegar sin preparación es simplemente demasiado alto”.
El tiene razón. Para ser claros, la migración climática ya está ocurriendo.
Los viajes al interior del planeta han ido en aumento desde 2008. Desde entonces, una media de 20 millones de personas se han visto obligadas a huir cada año. Las inundaciones, las tormentas severas, las sequías y los incendios forestales son las principales causas, que pueden obligar a las personas a mudarse o detener prácticas dependientes del clima, como la agricultura. La gente suele migrar de las zonas rurales a los centros urbanos adyacentes.
¿Cuáles son los "puntos calientes" de la migración climática?
Según el nuevo informe, están presentes en el África subsahariana, Asia y América del Sur, pero las pequeñas naciones insulares se ven afectadas de manera desproporcionada debido a las consecuencias del aumento del nivel del mar. Pero la migración climática no se limita de ninguna manera a esas partes del mundo: en los EE. UU., por ejemplo, los huracanes, los incendios y las sequías ya están dando forma a las decisiones de las personas sobre dónde vivir, voluntariamente o no.
"La migración climática no es inherentemente ni buena ni mala", dice. Roberto McLeman, profesor de estudios ambientales en la Universidad Wilfrid Laurier y otro autor del informe. "Y funciona bien cuando se hace de manera legal, respetuosa y libre".
McLeman dijo que reducir las barreras legales para los migrantes climáticos podría facilitar que las personas encuentren una vivienda segura o un trabajo seguro y legal para enviar dinero a casa, una forma importante de desarrollar la resiliencia familiar. Tratar de prevenir la migración climática, dijo, es un escenario perdido que lleva a los migrantes a intentar cruzar la frontera ilegalmente: "No es bueno para los migrantes y ciertamente no es bueno para la comunidad de acogida", dijo.
También habrá que cambiar las reglas
Se necesitarán nuevos paradigmas para gestionar con éxito la migración climática. En primer lugar, resaltar la importancia de la movilidad en la vida de las personas. En un mundo alterado por el cambio climático, más personas tendrán que mudarse. No planificar para esta flexibilidad podría conducir a una tragedia absoluta y una propagación aterradora de la pobreza.
Será necesario invertir en infraestructura básica y fortalecer los sistemas sociales como la escuela, la vivienda y la atención de la salud, para poder acoger a poblaciones auténticamente itinerantes. Si las ciudades crecen sin planificación, estarán llenas de barrios marginales.
Il Pacto mundial Naciones Unidas sobre Migración Climática Segura, Ordenada y Regular establece los estándares para la preparación. Y nos hace entender que aún queda mucho trabajo por hacer.
¿Lo haremos?
Es imposible predecir el futuro de la migración climática, que depende de muchos factores, como el crecimiento de la población, la gobernanza y otras adaptaciones que pueden implementarse o no. Según un pronóstico, para 2050, 140 millones o más de personas en el África subsahariana, el sur de Asia y América Latina realizarán una migración interior inducida por el cambio climático.
¿Y entonces?
La perspectiva a largo plazo es más confusa, pero los expertos saben que es probable que las inundaciones, tormentas y sequías más severas se vuelvan más frecuentes, obligando a más personas a huir de sus hogares, especialmente en regiones vulnerables con adaptabilidad limitada.
Seamos claros: la migración, aunque puede mitigar los daños del cambio climático, no es algo bueno que desear. Siempre es una experiencia larga y dolorosa siempre que sea posible: y hay tantas comunidades que simplemente no tendrán la fuerza para moverse.