En los trasplantes, el tamaño de los órganos y el grupo sanguíneo son los principales factores a la hora de emparejar donantes y receptores para reducir el riesgo de que el cuerpo rechace los órganos.
Desafortunadamente, esto significa que hay quienes, a pesar de necesitar desesperadamente recibir trasplantes, no pueden realizar el procedimiento hasta que se encuentra un donante adecuado.
A veces, los pacientes que esperan órganos mueren antes de poder acceder a un trasplante.
Hacia trasplantes con órganos 'universales'
Un equipo de científicos canadienses acaba de publicó un estudio en Science Translational Medicine, en el que explica cómo consiguió convertir los pulmones en órganos “universales” aptos para cualquier receptor (claro que del tamaño adecuado).
Una premisa: Las personas con sangre tipo O pueden donar a cualquier persona, ya que este tipo de sangre no contiene antígenos que activen el sistema inmunológico de los demás y provoquen rechazo. Al mismo tiempo, las personas con sangre tipo AB pueden recibir órganos de cualquier otra persona, ya que contienen antígenos tanto A como B.
Los científicos saben que la combinación de dos enzimas (FpGalNAc desacetilasa e Fpgalactosaminidasa) podría "convertir" sangre tipo A en tipo O al eliminar sus antígenos. Fue objeto de las pruebas realizadas, con la aplicación de estas enzimas en un par de pulmones donados a la ciencia.
Los resultados
En solo cuatro horas de aplicación, esta mezcla de enzimas eliminó 97% de los antígenos, minimizando las posibilidades de rechazo de estos órganos en caso de trasplantes.
En comparación con las muestras de pulmón no tratadas, la organi humedecidos con las dos enzimas "funcionaron perfectamente", dice el autor del estudio Marcelo Cipel, profesor de la Universidad de Toronto. Los pulmones no tratados, por otro lado, mostraron signos de rechazo hiperagudo "bastante rápido".
Trasplantes sin riesgo
Este proceso, según Cypel, se puede hacer para trasplantes de cualquier órgano donado, no solo de pulmones.
Tener órganos universales nos permitiría eliminar las restricciones actuales sobre trasplantes, salvando más vidas y desperdiciando menos órganos.