La pandemia que atravesamos, y que hoy (ojalá) vive su cola final, ha producido un cambio radical en nuestra percepción del mundo, y la aceleración de muchos procesos nacidos de necesidades latentes incluso antes de 2020.
Entre estos, la absoluta necesidad de conciliar los compromisos profesionales y la vida privada; el uso de herramientas tecnológicas para reducir distancias o sustituir la presencia, incluso para compras; la simplificación del trabajo digital.
¿Los reflejos? auge de la"yolo economia”, Auge del comercio electrónico, servicios de entretenimiento On Demand y… firma electrónica. El mercado de esta herramienta digital, hoy en día muy buscada por profesionales y empresas, se ha disparado: en los próximos 4 años podría quintuplicar su valor, que en 2020 ya eran $3 mil millones.
Un mundo evolucionado
Los campos de aplicación de herramientas como esta son muchos. Su valor absoluto es el de desmaterializar documentos, reduciendo el uso (y desperdicio) de papel en las oficinas. En última instancia, para proporcionar ventajas en velocidad, economía, ecología: un "ganar ganar ganar" sin precedentes donde ganan las empresas, sus clientes y el planeta en el que viven.
Evidentemente, las cosas no fueron sencillas desde el principio: la "vieja" firma electrónica, que sin embargo tuvo un buen comienzo, requería pasos algo engorrosos, la instalación de software específico y el uso de tarjetas inteligentes o claves para firmar.
Hoy su evolución se llama Firma Electrónica Avanzada, para los amigos de FEA (equivocadamente confundido con la Firma OTP, si realmente queremos ser precisos). En Italia acaba de ser introducido por Usted firma, y garantiza un mayor nivel de seguridad sobre un mar de contratos de alto riesgo (préstamos, pólizas de vida, apertura de cuentas bancarias, etc.).
¿Cómo funciona la firma electrónica avanzada?

En comparación con el pasado hay un abismo: el procedimiento es bastante simple. Para realizar una firma electrónica avanzada, la empresa simplemente sube el pdf del contrato a firmar, determina el flujo de firma y envía el archivo al cliente. ¿La firma? Un clic en un enlace recibido en el correo electrónico. Verificar la identidad es igual de sencillo: subes tu documento de identidad a la plataforma (también funciona con cédulas antiguas, no solo con cédulas nuevas) y al final ingresas un código OTP. ¿Duración del proceso? Máximo dos minutos.
Incluso desde un teléfono inteligente. Conseguir un nivel de seguridad superior al que teníamos hace unos años. No está mal, diría yo.
¿El futuro? Más rápido y más seguro
Los riesgos relacionados con los métodos "tradicionales" (descargar un pdf, firmarlo a mano, escanearlo, enviarlo o peor aún, poner una pequeña imagen con la firma en el documento) son muchos. Proveedores de confianza como Yousign te quitan un poco más de peso la vida laboral garantizando la autenticidad tanto de la firma como del firmante, y proporcionando a todos los documentos un certificado electrónico.
Es por ello que la adopción de la firma electrónica avanzada será otro punto de inflexión. En unos años todo el mundo podrá firmar contratos online incluso desde un teléfono móvil, en cualquier lugar y en pocos minutos.
¿Diremos finalmente adiós a las resmas de papel, tintas, sobres, sellos y toneladas de árboles cortados?
Le pondría mi firma: adivina cómo.