La sequía reciente en las regiones montañosas de Chile está vinculada, en parte, a a la disolución rápida de los glaciares andinos. Esto ejerce presión sobre las comunidades locales que dependen de su suministro de agua dulce.
Sin embargo, un grupo de climatólogos chilenos han encontrado una solución. En 2022, intentarán crear nuevos glaciares para suministrar agua durante la temporada de sequía.
Los glaciares del mundo se están derritiendo. Pierden un promedio de 1,2 billones de toneladas de hielo por año. Esto está creando casi problemas. 2 billones de personas de todo el mundo que dependen de los glaciares para obtener agua potable o riego de cultivos.
Los glaciares artificiales, también llamados estupas de hielo, pueden ayudar a mitigar las consecuencias del calentamiento global y brindar asistencia a las personas vulnerables de todo el mundo.
Glaciares de bricolaje
“Buscamos una solución que nos permita proteger el agua por más tiempo en la cordillera y luego entregarla a las comunidades río abajo”, le dice a Reuters enrique gellona, Gerente de proyecto.
La iniciativa, denominada proyecto Nilus, se inspira en una iniciativa similar en India, donde se construyó la primera estupa de hielo del mundo en 2013. sonam wangchuk, el ingeniero del proyecto, ja desarrolló la idea de glaciares artificiales después de notar que el hielo puede permanecer congelado hasta el verano, siempre que esté bien sombreado.
¿La forma más natural de cubrir el hielo? Un cono de madera y acero construido a baja altura, cerca de un pueblo. Una larga tubería subterránea desvía el agua de los arroyos locales de gran altitud durante la temporada de lluvias y la canaliza hacia abajo. Luego, por la noche, cuando bajan las temperaturas, el agua se libera de un tubo vertical, lanzándola al aire como una fuente.
Un cono… ¡helado!
Con el sistema de estupa, el agua se convierte en hielo y se congela rápidamente hasta su forma base, creando un cono que mantiene la mayor parte del hielo protegido durante el tiempo que sea necesario antes de proporcionar agua potable a las comunidades locales.
Cada uno de estos glaciares artificiales puede abastecer a una comunidad de 100.000 personas durante tres meses. Son eficientes, económicas y fáciles de mantener. Y producen millones de litros de agua cada año.
El proyecto Nilo
Este año la selección chilena planea construir 50 estupas de hielo para almacenar un total de 100 millones de litros (26,4 millones de galones) de agua.
Las estupas son mucho más pequeñas que los glaciares naturales, pero son suficientes para abastecer a pequeñas comunidades. El prototipo del proyecto ya se está probando en la cordillera del Cajón del Maipo, al sureste de Santiago de Chile.
Sin embargo, no solo Chile: también se han implementado proyectos de glaciares inteligentes en los Alpes, y Canadá también está evaluando su creación.
Un punto de partida desde los mini glaciares
En las regiones rurales áridas de todo el mundo, esta simple idea puede revolucionar la vida de las personas. Ciertamente, las estupas no pueden ser por sí solas la solución al derretimiento de los glaciares, pero hacen su parte cambio climático.
Y generarán nuevas ideas.