El número de muertes por sobredosis de opioides supera con creces las expectativas. Por tanto, es necesario intervenir, intentando cambiar drásticamente la situación.
Un grupo de científicos de la Universidad de Washington desarrolló recientemente un inyector automático, capaz de administrar una dosis de naloxona a las personas con riesgo de sobredosis.
El dispositivo, que se está probando actualmente, podría salvar una cantidad impresionante de vidas, devolviendo la tranquilidad a muchas familias.
"Este autoinyector portátil puede tener el potencial de reducir las muertes por sobredosis de opioides", dice el Prof. Shyam Gollakota, coautor de un artículo sobre investigación. "Esperamos que tenga un impacto tangible en una gran fuente de sufrimiento en este país".
Naloxona en respuesta a una sobredosis de opiáceos
Justin Chan, el estudiante de doctorado que dirigió la investigación sobre el desarrollo del nuevo. prototipo, confió en el poder de la naloxona.
Se cree que esta sustancia es increíblemente eficaz contra la sobredosis de opiáceos, tanto que es utilizada por todos los paramédicos. La acción de Naloxona cuanto más positiva, más oportuna es la inyección. Se deben tomar medidas de inmediato, tan pronto como se produzcan los primeros trastornos respiratorios.
Y para eso es exactamente el nuevo dispositivo diseñado por la Universidad. Solo, trata de revelar los efectos de sobredosis de opiáceos e inmediatamente administre una inyección de naloxona.
El prototipo actual utiliza una aguja retráctil para administrar una inyección subcutánea de naloxona utilizando un depósito integrado. La aguja se activa cuando el dispositivo revela signos de insuficiencia respiratoria, como medida preventiva de una sobredosis de opioides.
Los resultados registrados por el dispositivo usable se pueden transmitir a través de Bluetooth a un teléfono inteligente cercano, para poder alertar a la persona a sí misma oa un asistente externo.
Experimentación y resultados
Para verificar la correcta funcionalidad del dispositivo de sobredosis de opioides, se llevó a cabo una prueba.
Veinticinco sujetos decidieron probar de forma independiente el prototipo, usándolo en contacto con su piel. Los sujetos participaron en el estudio en una instalación segura, un edificio de inyección supervisado en Vancouver, para que los médicos pudieran intervenir rápidamente en caso de respuestas negativas.
Durante la prueba, 20 sujetos simularon insuficiencia respiratoria inducida por opiáceos conteniendo la respiración. El dispositivo él respondió correctamente en los veinte casos, administrándoles una inyección de naloxona.
Actualmente, los científicos están tratando de hacer que el inyector sea más pequeño y menos visible para poder comercializarlo.
Si el proyecto tuviera éxito, se salvarían cientos de vidas.