Historia corta triste: alrededor de 1 de cada 30 personas en todo el mundo experimentará al menos un episodio psicótico en su vida. El debate (incluso el científico) se centra mayoritariamente en los aspectos visuales y sonoros de las alucinaciones, pero quienes viven con problemas de este tipo saben lo limitado que puede ser este punto de vista.
Hoy en día, los investigadores han comenzado a pensar en la gama completa de experiencias que acompañan a los episodios alucinatorios y han desarrollado un mapa corporal real. Un mapa que intenta describir con el mayor detalle posible los tipos de emoción, conciencia e incluso sensación táctil que a menudo complican los trastornos neurológicos.
Un "atlas" de alucinaciones
Los psicólogos deUniversidad de Leicester en el Reino Unido reclutaron a una docena de voluntarios (entre los propensos a estos trastornos) a través del Servicio Nacional de Salud y les pidieron que documentaran las alucinaciones que ocurrían en la vida cotidiana durante una semana.
El diario se estructuró de tal manera que los participantes también pudieran anotar otras emociones, sensaciones o incluso estados cognitivos coincidentes con los síntomas visuales y auditivos considerados más típicos de la psicosis. Al final de los siete días, los voluntarios tuvieron una entrevista cara a cara de media hora con uno de los investigadores, durante la cual revisaron el diario en detalle y discutieron las anotaciones.
El resultado fue una especie de mapa que rompió los límites de las alucinaciones, describiéndolas como eventos que pueden afectar prácticamente a cualquier parte del cuerpo.
La gama de sensaciones dentro y alrededor del cuerpo (en el espacio peripersonal) fue particularmente interesante. Los participantes a menudo dijeron que el método les ayudó a compartir experiencias que eran difíciles de expresar con palabras.
Katie Melvin, autor principal del estudio
Alucinaciones, un enemigo insidioso
Durante mucho tiempo se los ha considerado un sello distintivo de la enfermedad mental, a pesar de ser una experiencia común que muchos tienen. Escuchar una voz débil o ver cosas por el rabillo del ojo no siempre es indicativo de algún tipo de afección médica. Para quienes viven con enfermedades como la esquizofrenia, el Alzheimer avanzado o la depresión psicótica, tratar constantemente de separar los fantasmas de la mente de la realidad puede resultar agotador. Eso no es todo: las experiencias personales pueden variar mucho. Esto afecta la calidad del sueño, la motivación y la capacidad de interactuar con los demás, incluso para mantener un trabajo.
Aunque estaba claro que las alucinaciones pueden ser de diferentes tipos, hasta ahora nadie ha intentado cuantificar el abanico de sensaciones que pueden surgir. Aunque 12 personas son una muestra muy pequeña, el estudio es un punto de partida importante, que nos proporciona una base para preguntarnos qué tan común es la “experiencia sensorial inusual multimodal” (o MUSE).
42 rutas, solo un "timonel"
Los 42 mapas MUSE resultantes de este estudio aportan nuevos conocimientos sobre la investigación de las alucinaciones. Respecto a los auditivos, por ejemplo, entre los que escuchan voces el volumen puede variar considerablemente. Hasta un tercio de los participantes los escuchó como susurros. Aproximadamente una cuarta parte incluso los percibió como gritos.
Casi la mitad tenía malestar estomacal o sensaciones más intensas (como náuseas o incluso dolor físico). Casi todos los participantes informaron sentirse abrumados, desconectados o, en algunos casos, ser observados por algo malicioso. Pero los detalles son relativamente importantes. Está claro que al centrarnos en las alucinaciones como cosas que se ven u oyen, perdemos una imagen más amplia.
Solo en esta muestra de 12 personas, durante los fenómenos psicóticos bien El 83% de los participantes experimentó una amplia gama de emociones, sensaciones y sentimientos.. Aprender cómo estos mapas representan a la población en general podría ayudar a señalar nuevas vías. Por ejemplo, aquellos que buscan mejores terapias que ayuden a las personas a encontrar formas de afrontar los desafíos que acompañan a su combinación particular de experiencias.
Porque el siguiente paso necesario es que: una vez que se ha dibujado el mapa, es necesario explorar y curar lo que muestra el mapa.
Esta investigación fue publicado en EClinicalMedicine.