Desde que surgió por primera vez con la visión audaz de limpiar el plástico de los mares en 2013, Ocean Cleanup Project hizo muchos cambios al diseño de sus barreras de recogida de residuos.
Este último puede ser el más importante de todos. El equipo pasó de un diseño pasivo basado en las fuerzas del océano a uno de propulsión activa, mucho más eficiente en la captura de basura.
La idea basica
Originalmente, el objetivo detrás del sistema Ocean Cleanup Project era anclar una enorme barrera flotante en forma de U al fondo del mar. La barrera habría utilizado las corrientes oceánicas para recolectar basura y desechos plásticos que terminaron en ese sector.
Las versiones posteriores adoptaron un enfoque diferente: impulsados por corrientes, olas y viento, crearon una diferencia de velocidad con los desechos plásticos que permitieron que la basura se recolectara a medida que la barrera se movía a través del agua.
Sí, como una especie de red de arrastre.
Problemas y mejora del sistema
Las pruebas de este enfoque en el Gran Parche de Basura del Pacífico (Big Garbage Slick in the Pacific), la enorme isla de basura apilada en el océano, demostró que el diseño no estaba a la altura.
El sistema tuvo grandes dificultades para mantener las velocidades necesarias para recoger la basura.
Para ello, el equipo ha realizado algunas actualizaciones. Lo más notable fue un enorme paracaídas diseñado para reducir la velocidad de la barrera y mantener una velocidad constante, de modo que el plástico que se mueve más rápido pudiera deslizarse por la abertura y quedarse allí.
El futuro de la lucha contra la basura oceánica: sistemas de propulsión activos
El sistema ahora cuenta con barcos tripulados en ambos puntos de la barrera en forma de U. Los barcos literalmente remolcan la red a través del agua a una velocidad constante de 1,5 nudos.
La idea es canalizar la basura recolectada hacia áreas con una alta concentración de desechos, con una gran ventaja: este enfoque es escalable comercialmente.
El proyecto final, llamado Jenny, cuenta con una barrera de 800 metros (2.640 pies) de largo y se describe como el primer sistema a gran escala del Proyecto de limpieza del océano.
El desafío a la gran basura del Pacífico
Se lanzó por primera vez en Great Pacific Garbage Patch esta semana y se someterá a más de 70 pruebas distintas durante las próximas 60 semanas. A través de estas pruebas, el equipo planea no solo validar el diseño, sino también demostrar que tiene un impacto ambiental limitado y que no tiene problemas de seguridad, al tiempo que recolecta una cantidad significativa de basura.
Con tanto plástico vertiéndose en los océanos todos los días, el equipo tendrá que trabajar mucho para limpiar el desorden. Una parte igualmente importante de su solución es recolectar gran parte de estos desechos a medida que se vierten al mar desde los ríos más contaminados del mundo, con un sistema llamado The Interceptor.