Un equipo de científicos ha desarrollado un nuevo tipo de biosensor que puede inyectarse directamente en el torrente sanguíneo para apuntar al cerebro, donde, según el equipo de investigación, puede monitorear la actividad neuronal e incluso los pensamientos potenciales.
Los nanosensores del tamaño de una célula, llamados NeuroSWARM3, pueden invadir la barrera hematoencefálica del cerebro. Allí podrán convertir la actividad neuronal en señales eléctricas para "leerlas" e interpretarlas. Este es el núcleo de la investigación de la Universidad de California. Los resultados del estudio se presentarán esta semana en un videoconferencia en la American Optical Society.
Enjambres de lectores cerebrales
Los investigadores dicen que la tecnología podría ayudar a garantizar una mayor movilidad para las personas con discapacidad. O ayudar a los científicos a comprender el pensamiento humano mejor que antes. Nosotros, en cambio, podremos decir con mayor precisión cuándo, después de las pruebas de laboratorio, comenzarán las de humanos y animales.
"NeuroSWARM3 inyectado en 'enjambres' puede convertir las señales que acompañan a los pensamientos en señales medibles de forma remota para una interfaz cerebro-máquina de alta precisión", dice. Alí Yanik, el autor principal del estudio, en un comunicado de prensa
Permitirá que las personas con discapacidades físicas interactúen de manera efectiva con el mundo exterior y controlen la tecnología de exoesqueleto portátil para superar las limitaciones del cuerpo. También podría recopilar las primeras firmas de enfermedades neuronales.
Alí Yanik
Es un enfoque muy diferente al problema de la interfaz cerebro-computadora de la mayoría de los intentos de alto perfil, incluidos Neuralink por Elon Musk, quien en cambio trabaja en soluciones basadas en implantes cerebrales.
Las primeras pruebas de laboratorio
Durante las pruebas, el equipo descubrió que sus enjambres de nanosensores son lo suficientemente sensibles como para detectar la actividad de las células cerebrales individuales. Las lecturas de neuronas individuales no son nuevas, pero la capacidad de detectarlas con sensores flotantes sí lo es. Especialmente la capacidad que tendrían estos enjambres de transmitirlos de forma inalámbrica a través del grueso cráneo de un paciente, eso sería un desarrollo tecnológico impresionante.
Si más pruebas confirman los resultados, la investigación en neurociencia en tiempo real puede ser más simple y la medicina neurológica más sofisticada.
“Estamos solo en las primeras etapas de esta nueva tecnología, pero hay una buena base sobre la cual construir”, agregó Yanik. "Nuestro próximo objetivo es iniciar experimentos con animales".