Los océanos se vuelven cada vez más ácidos. Es un efecto secundario particularmente peligroso de las emisiones de gases de efecto invernadero ya venenosas. Si el fenómeno continúa a este ritmo, toda la red alimentaria mundial podría colapsar y la humanidad podría enfrentar una devastación total en unas pocas décadas, según uno. nuevo papel alarmante.
El documento fue escrito por dos empresarios e investigadores afiliados a la Universidad de Edimburgo. En el documento, los dos argumentan que incluso un ligero aumento de la acidez en los océanos provocará cambios profundos en los ecosistemas. Cambios muy peligrosos, que luego tendrán ramificaciones globales a lo largo de la línea.
Océanos que lo disuelven todo
El tema central del documento es uno. Los océanos más ácidos podrían disolver algunos de los compuestos que forman organismos como el plancton y los arrecifes de coral, así como los materiales que necesitan para sobrevivir. Claro, otras especies eventualmente tomarían su lugar. Sin embargo, las formas de vida que pueden sobrevivir a las condiciones más duras son mucho menos adecuadas para sentar las bases de la red alimentaria. Esto significa que el fenómeno eliminaría la base de muchas reservas mundiales de alimentos.
Los océanos, en resumen, desencadenarían una reacción en cadena. El resultado sería desastroso. El fenómeno eliminaría el equivalente de alimentos para alimentar a unos 3 millones de seres humanos. Un escenario apocalíptico por decir lo menos.
Frenos, frenos, frenos.
Verdadero: el impacto de la cambio climático Los océanos ya están causando estragos en el planeta, pero para mí algunos aspectos del documento deben tomarse con un grano de sal. Los autores hacen varias afirmaciones que levantan las cejas. Uno de ellos: la acidificación causaría microbios tóxicos que envenenan la atmósfera, arrastrados fuera de los océanos por fuertes vientos.
Sin embargo, dejando de lado algunas suposiciones cuestionables, también es cierto que es (y en el mismo campo) el segundo, terrible aviso para el futuro del planeta. Dado lo difícil que es monitorear los microbios de los océanos del planeta (y lo poco que sabemos al respecto), el mensaje general debe tomarse en serio.