La demanda de compensaciones de carbono aumentará en los próximos años. Las empresas intentan comprar créditos para cumplir con sus objetivos climáticos y de sostenibilidad, compensando las emisiones que no pueden reducir por sí mismas.
Para aprovechar la oportunidad de este negocio, una startup está cultivando grandes cantidades de algas (para extraer CO2 de la atmósfera) para depositarlas en el fondo del océano, capturar carbono durante milenios y vender compensaciones de carbono.
Cuando adán baske era un niño que quería convertirse en pescador: vivía a orillas del lago Michigan, y la lubina y la carpa eran cosas cotidianas. Hoy, décadas después, Baske es CEO de Corriendo marea, una empresa que acaba de ingresar al mercado de compensaciones de carbono.
Los investigadores están explorando formas innovadoras de secuestrar cada vez más carbono, con ideas como árboles modificados genéticamente o fregadoras industriales. Si parecen soluciones futuristas o inverosímiles, la de las algas parece mucho más sostenible.
Al ataque de la contaminación global
Los bosques tropicales se consideran una defensa contra el cambio climático debido a su capacidad para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera. Pero, a medida que la deforestación y los incendios destruyen los bosques, liberando carbono a la atmósfera, los investigadores buscan otros bosques para crecer en otros lugares: los bosques de algas. Estas selvas submarinas son muy eficientes para almacenar carbono.
Como los árboles, las algas toman dióxido de carbono de la atmósfera y lo almacenan en sus tejidos durante la fotosíntesis. Colette Feehan, ecologista marino de la Universidad Estatal de Montclair, dice que la productividad de los bosques de algas es comparable a la de las selvas tropicales. La planta necesita luz solar en la superficie para crecer y absorber carbono. Pero una vez que llega a aguas profundas, donde el medio ambiente limita la descomposición, el carbono permanece enterrado durante cientos o miles de años.
Las algas crecen rápido, pero para saber cuánto carbono capturan y cuál es su destino cuando se consumen, necesitamos más investigación.
Un área de investigación activa y prometedora
Cuando se consumen algas (por peces o microbios), el carbono se libera a la atmósfera a través de la respiración de esos consumidores. Sin embargo, si las algas no se consumen, secuestran carbono durante milenios. Por esta razón, comprender cuántas algas quedan y cuántas se consumen (liberando carbono indirectamente) es un área de investigación activa.
La investigación comienza a mostrar que El cultivo de algas a gran escala puede desempeñar un papel fundamental en la compensación de las emisiones de carbono. De uno estudio transpuesto a nuestro país nos hace comprender que la cría de algas en el 5,3% de las aguas italianas podría compensar las emisiones de carbono de la industria agrícola por 40 millones de euros.
Un punto débil: no sabes cómo hacerlo. Las algas crecen cerca de la costa. Pero mientras que el agua poco profunda es ideal para el crecimiento, las algas necesitan agua profunda para secuestrar carbono.
adán baske dice que su startup, Running Tide Technologies, cree que lo ha resuelto.
Mini granjas de algas en alta mar para producir compensaciones de carbono
La solución de Baske es cultivar algas en minigranjas unidas a flotadores biodegradables a la deriva en las profundidades del océano.
A medida que las algas crecen, los flotadores las mantienen cerca de la superficie, capturando la luz solar esencial. Una vez que las algas alcanzan una longitud y un peso críticos (después de unos seis meses), las frondas cargadas de carbono son demasiado pesadas para la boya y toda la minigranja se hunde hasta el fondo del mar. Secuestro de carbono.
El proyecto aún se encuentra en las etapas de investigación y desarrollo. La startup puso alrededor de 1600 boyas en el agua, fijado con sensores y rastreadores, y está probando la cantidad de carbono almacenado, la seguridad para barcos y mamíferos marinos, y más. En el futuro, dice Baske, la esperanza es tener millones de micro-granjas, que absorben miles de millones de toneladas de carbono.
Las algas pueden ayudarnos a llegar al "cero neto"
En los últimos años, los crecientes efectos del cambio climático (incendios, sequías, inundaciones, etc.) están ejerciendo cada vez más presión sobre las ciudades, pueblos y empresas para que alcancen el “cero neto”. Es un equilibrio global entre la cantidad de emisiones producidas y las emisiones realizadas a la atmósfera.
El futuro de estos métodos radica precisamente en el mercado de compensaciones de carbono. Grandes empresas, ciudades e incluso estados enteros están tratando de reducir las emisiones, pero también de compensarlas. Entre las primeras empresas en comprar compensaciones de la puesta en marcha de Baske se encuentra Shopify, la popular empresa de comercio electrónico.