Al igual que el Arca de Noé, los investigadores esperan que el búnker mantenga a salvo a las especies de la Tierra en caso de una catástrofe global.
En la Biblia, Noé salva a los animales de una gran inundación al traer parejas de diferentes especies a su arca. Ahora, los científicos imaginan hacer algo similar: enviar 6,7 millones de muestras de semillas, espermatozoides, óvulos y ADN a búnkeres en la luna.
El búnker de la luna

Un equipo de científicos de la Universidad de Arizona presentó el plan en la conferencia aeroespacial del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos el pasado fin de semana. Puede parecer algo salido de la ciencia ficción, pero no es descabellado.
"La Tierra es un entorno inestable", él explicó Jekan Thanga, autor del estudio del búnker lunar e ingeniero mecánico.
Cualquier evento extremo (la erupción de un volcán, una bomba nuclear, un asteroide, la inversión de los polos magnéticos) podría desencadenar una especie de colapso ambiental capaz de acabar con una o más formas de vida en la Tierra, tanto vegetales como animales.
Un búnker en la luna podría mantener a salvo una copia de esas formas de vida.
El estudio
Thanga y su equipo explicaron cómo debería funcionar su plan en un documento llamado "Moon Pits and Lava Tubes for a Modern Ark". El búnker se construiría bajo la superficie de la Luna, en túneles de origen volcánico de entre 80 y 100 metros de profundidad, considerados espacios de almacenamiento ideales.
Estos barrancos "proporcionarían un refugio listo para usar en la superficie lunar", dice Thanga. Y serían accesibles gracias a los ascensores que conducen a los túneles.
Custodia amorosa

Dentro del búnker, millones de preciosas muestras de las muchas criaturas terrestres se mantendrían en condiciones extremadamente frías. Las semillas deben almacenarse a -180 grados centígrados. Las células madre requerirían temperaturas aún más frías de -196 °C. Cada búnker (en el caso de varios búnkeres) estaría tripulado por robots y alimentado por unos 600 metros cuadrados de paneles solares.
"Podemos mantener seguro este material biológico hasta que la tecnología nos permita reintroducir estas especies", dijo Thanga.
Y ahora las dudas
Todo esto suena genial, pero ¿cómo se pueden llevar 6,7 millones de muestras de semillas, espermatozoides, óvulos y ADN a la luna (y luego a un búnker)?
También hay un plan para eso. Thanga dijo que, según sus cálculos, el transporte no sería prohibitivo y requeriría unos 250 lanzamientos de cohetes.
Para que os hagáis una idea, la construcción de la Estación Espacial Internacional llevó unos 40 lanzamientos.
De cualquier manera, Thanga cree que construir un búnker lunar debería ser una prioridad para la humanidad. “Como humanos, teníamos un riesgo muy alto hace unos 75.000 años con la erupción del supervolcán Toba”, señaló. "Causó una glaciación de 1.000 años y, según algunos, una marcada disminución de la biodiversidad".
Dada la gran huella de los humanos en el planeta Tierra, cualquier colapso de la civilización podría tener un efecto negativo en cascada en el resto del planeta. Y la situación no es la mejor, desde este punto de vista.
¿Y el banco de genes del búnker de Svalbard?

Como sabrán, ya existe un "banco de genes" en la Tierra. Ahí Svalbard Global Seed Vault en la isla noruega de Spitsbergen se encuentra en lo profundo del Círculo Polar Ártico. Contiene aproximadamente 992.000 500 muestras únicas, cada una con un promedio de XNUMX semillas de plantas. Pero eso puede no ser suficiente en caso de un desastre global.
Esto se debe a que la Bóveda Global de Semillas de Svalbard no es impermeable a los peligros terrestres como el calentamiento de las temperaturas y aumento del nivel del mar.
En 2017, el búnker en realidad se inundó después del derretimiento del permafrost. E, irónicamente, Longyearbyen, la capital de Svalbard, se está calentando más rápido que cualquier otra ciudad del mundo.
Un búnker anti apocalipsis
Las razones por las que Thanga y su equipo quieren construir una bóveda lunar dan miedo: el colapso de la sociedad, el desastre ambiental y la posible destrucción del planeta Tierra tal como lo conocemos. Pero algunos miembros del equipo ven el proyecto como un símbolo de entusiasmo y esperanza.