Los primeros planetas descubiertos fuera de nuestro sistema solar eran mundos extraños y desconocidos. Gigantes como Júpiter o calientes como Venus. Desde entonces, los astrónomos han descubierto, por ejemplo, planetas donde vientos de 10.000 kilómetros por hora levantan nubes metálicas que llueven hierro fundido. Una heterogeneidad que casi provoca mareos.
Lo que realmente estamos buscando son planetas más parecidos a la Tierra. ¿Son raros en la galaxia aquellos con las condiciones "adecuadas" para la vida tal como la conocemos? A medida que avanza el censo planetario, la evidencia apunta exactamente a lo contrario.
Esta semana, en un artículo escrito por 44 astrónomos dirigido por steve bryson de la NASA y publicado enRevista astronomica, los científicos han llegado a una nueva estimación de cuán comunes son los planetas similares a la Tierra en la Vía Láctea.

La operación, llamada eta-Earth, es un intento de estimar la cantidad de planetas rocosos del tamaño de la Tierra en la zona habitable de estrellas similares al sol. También conocida como la zona de "Ricitos de oro" o más bien "Ricitos de oro", la zona habitable es el área donde las temperaturas no son ni demasiado calientes ni demasiado frías para que se forme agua líquida en las superficies planetarias. También es donde creemos que es más probable que surja la vida.
Los criterios adoptados por el equipo de investigación
El equipo extrajo su estimación de la historia completa de los descubrimientos de exoplanetas realizados por el Telescopio Espacial Kepler de 2009 a 2018. Kepler examinó más de 150.000 estrellas, encontró más de 4.000 exoplanetas candidatos y confirmado más de 2.800. Los científicos también han pasado años analizando maniáticamente los datos de Kepler, corrigiendo cualquier inconsistencia menor para aumentar la certeza de que solo quedan exoplanetas reales y confirmados.
Los datos del proyecto Gaia de la Agencia Espacial Europea, que mapeó la posición y el brillo de mil millones de estrellas, también se utilizaron para mejorar las estimaciones de la zona habitable.
Combinando datos de Gaia y Kepler, el equipo definió la zona habitable con el "flujo de instelaciones", que es una forma elegante de decir cuánta luz solar incide realmente en la superficie de un planeta, en lugar de la distancia orbital. Esto hace una estimación más precisa, no simplemente "estadística", sino basada en la habitabilidad real del planeta.
Otra aclaración que hacer: la estimación de los científicos fue muy cautelosa. Del 37 al 60 por ciento de las estrellas similares al sol tendrían planetas similares a la Tierra en áreas habitables. El escenario más optimista sería un enorme 88%.

¿Y en resumen? ¿Cuántos planetas similares a la Tierra hay "por aquí"?
Tomando el límite inferior más conservador del documento, el 7% de los 4 mil millones de estrellas similares al sol de la galaxia podrían tener planetas similares a la Tierra en la zona habitable.
Traducido, significa al menos 300 millones de planetas similares a la Tierra en la Vía Láctea.
Si tuviéramos el motor warp de Star Trek y un mapa, tendríamos un planeta similar a la Tierra y potencialmente habitable por cada 26 habitantes. La palabra clave aquí es "potencialmente".
Está claro que esta estimación sufrirá otros cambios en los próximos años: incluso si este estudio reduce las incertidumbres de los últimos años, todavía hay un rango bastante amplio. Y lo que es más importante, todavía son planetas demasiado lejanos para ser observados en detalle (incluso si el eventual lanzamiento del Telescopio Espacial James Webb podría cambiar las tornas).
Otros descubrimientos también podrían ampliar nuestro alcance.
Encontrar vida en las nubes de Venus, los lagos helados de metano de titán o el océano subterráneo de Europa podría ampliar lo que llamamos habitable. Quizás no siempre se necesita agua líquida en la superficie. Quizás agreguemos las lunas del sistema solar exterior a los planetas.
Pase lo que pase, la búsqueda de vida en la galaxia está a punto de ponerse interesante. Este estudio sugiere que las condiciones más básicas para la vida pueden haber ocurrido cientos de millones de veces solo en nuestra galaxia. Es una estimación conservadora, pero ya es un número enorme. Y es probable que crezca.