La pandemia ha dado a todos los maestros, directores de escuela y personal no docente un vocabulario completamente nuevo para incorporar a la vida profesional diaria. Primero los términos de "gota", "distanciamiento social" y "PPE", equipo de protección personal. Luego se agregaron "seguimiento de contactos", "clústeres" y otros.
Para este otoño surge un nuevo concepto: el de "Microescolarización". Vemos que experimentos de este tipo aparecen aquí y allá, tanto en Italia como en el extranjero: las familias intentan adaptarse a modelos escolares fluidos. Hacen esto para tratar de reconciliar su trabajo con las necesidades educativas de sus hijos y mantenerlos a salvo cuando se sienten incómodos con los planes de seguridad de la escuela.
¿Es esta una tendencia momentánea que ayuda a descongestionar las escuelas en este período, o podría permanecer la microescuela en el futuro?
Microschooling: que es
La microescuela, en esencia, es la creación de pequeños grupos escolares en el hogar. En estas “cápsulas didácticas” un número muy reducido de alumnos, de 3 a 10, aprenden bajo la tutela de sus padres o de un profesor contratado de forma privada.
Una tendencia que comenzó en USA a partir de las páginas de las redes sociales locales. Los anuncios comenzaron a albergar a varios padres que buscaban crear grupos o unirse a ellos, y luego maestros o ex maestros dispuestos a hacerse cargo de la educación. Grupos de Facebook Vainas pandémicas comenzaron a crecer, llegando a decenas de miles de suscriptores. En poco tiempo también han surgido servicios ad hoc, sitios como Seleccionado para familias e Escuela que brindó apoyo a los padres para organizar grupos de microescolarización.
En Italia existe una gran curiosidad por el fenómeno. Un fenómeno que es producido instintivamente por padres aprensivos, pero también un mecanismo de apoyo a la reducción del horario escolar. Es el intento de compensar el DAD, la educación a distancia, que el año pasado vio luces y sombras, o completar un modelo "híbrido" con menos días a la semana en la escuela, y el resto de forma remota.
¿Qué hace que los grupos de microescolarización sean tan interesantes?
En los Estados Unidos, la versión “autárquica” de este instrumento se abre camino. En lugar de contratar maestros, algunas familias tienen como objetivo compartir la enseñanza entre los padres. Los padres en versiones muy limitadas de grupos de microescuela tienen como objetivo enseñar a sus hijos temas que les agraden, quizás por razones profesionales.
Es una idea no exenta de graves inconvenientes. Uno de los principales es la seguridad. Las escuelas representan un riesgo para los niños, pero incluso si son pequeños, los grupos privados también necesitan atención y protocolos. Es posible que los padres no apliquen bien las estrategias y los comportamientos para minimizar la propagación de Covid. El entorno familiar e informal podría bajar la guardia y sería un error si se considera que la unidad familiar suele ser el lugar donde surgen los brotes.
Otro gran inconveniente en el caso de la microescuela “seria” (con profesores contratados) es la equidad. Los grupos más pequeños pueden resultar muy costosos, especialmente si se contrata a un maestro calificado. Podrían convertirse en una opción viable para unos pocos privilegiados, dejando atrás a muchos niños que provienen de familias que no pueden pagar este gasto. No obstante, parece que la tendencia también puede permanecer en elfue posterior a Covid.
¿Se mantendrá la microescuela en el futuro?
Probablemente si. En Estados Unidos hay varias escuelas que han comenzado a pensar en este mecanismo para desarrollar la enseñanza en unidades estudiantiles más pequeñas y seguras. Una forma de mejorar el aprendizaje a distancia con “clases” de microescuela remota formadas por 5-7 alumnos que se reúnen en lugares alternativos, a veces incluso al aire libre o en espacios como centros comerciales y parques.
Si los modelos escolares como este tienen éxito, podrían iniciar un nuevo enfoque para el aprendizaje personalizado. El marco de microescuela puede brindar otras oportunidades para que las escuelas públicas garanticen el aprendizaje incluso cuando la pandemia haya terminado.