El sigilo se pone en la boca y en lugar de las contraseñas se basa en los “pliegues” del paladar, que difieren de un individuo a otro.
Un equipo de graduados en diseño del Royal College of Art y el Imperial College de Londres desarrolló el plan para un dispositivo portátil capaz de proporcionar autenticación a prueba de vigilancia mediante biometría oral.
El dispositivo, llamado Stealth, fue desarrollado con el objetivo de dificultar a los piratas la replicación de datos biométricos como huellas dactilares o reconocimiento facial, o sistemas vulnerables como contraseñas manuales.
La "máquina" de las contraseñas
Stealth, como se mencionó, identifica al individuo a través de las crestas únicas presentes en el paladar. La biometría oral se utiliza tanto para iniciar sesión en dispositivos como para recibir notificaciones.
Para desbloquear dispositivos en particular, se enviará un código sensorial y los usuarios deben realizar un determinado gesto con la lengua, como presionar debajo del paladar o deslizar la lengua.
No solo biométrico. Funciones "sabrosas"
Cuando se conecta a un dispositivo como un teléfono inteligente, el dispositivo puede enviar sabores simulados digitalmente para comunicar llamadas o mensajes entrantes. Esto me recuerda a otro proyecto muy reciente, que también dio lugar a un prototipo funcional: es el sintetizador de sabor inventado por un investigador japonés.
Se podría usar un sabor dulce para representar a un compañero, por ejemplo, y el usuario podría golpear su lengua en un lugar determinado del paladar tres veces para indicar que volverá a llamar pronto si no puede responder.
Para los diseñadores, el elemento más interesante, sin embargo, es su potencial para combinar diferentes métodos de recopilación de datos en la boca. La biometría oral, la temperatura, la humedad y la presión son tratadas y confiadas a un algoritmo basado en inteligencia artificial.
Biometría oral y seguimiento de la salud
Un dispositivo como Stealth puede ir más allá del mero uso de biometría oral para acceder a un dispositivo y hablar con él. Los datos recopilados por este apetecible dispositivo pueden ser muchos y muy útiles.
"Los datos de la saliva son un espejo de la salud física y mental", dicen. Beren Kayali, Lu Ye, Paul Mendieta e Lea Marolt Sonnenschein, los autores del proyecto de investigación.
El uso de esta "máquina" nos permitirá mantener bajo control también valores importantes para monitorear nuestro estado psicofísico.
Si bien es optimista que los sensores de saliva estarán listos dentro de años, creemos que debe haber los medios adecuados para explotarlos de la manera correcta.