Un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias Técnicas de la Universidad de Wuhan propuesto Un prototipo de motor que utiliza plasma de aire inducido por ionización por microondas.
Actualmente, los propulsores de plasma se consideran la forma de propulsión más simple y prometedora para las naves espaciales de próxima generación. La noticia es hace unos meses, a mediados de febrero de 2020. de las últimas pruebas de Pulsar Fusion en un motor de plasma de 160.000 km / h.

Un motor de plasma simplemente usa aire y electricidad para producir plasma presurizado a alta temperatura para propulsión a chorro.
Pruebas de laboratorio
El equipo usó un dispositivo de fabricación propia que mide la fuerza de sustentación y la presión del chorro en varias configuraciones de potencia de microondas y velocidad de flujo de aire. Realizadas todas las pruebas previstas por la investigación, han demostrado que, dado el mismo consumo de energía, la presión del motor de plasma es comparable a la de los motores a reacción tradicionales para aviones que utilizan combustibles fósiles.

Esto significa que un propulsor libre de carbono podría usarse potencialmente en la atmósfera como un propulsor a reacción.
Al igual que los sólidos, líquidos y gases, el plasma es un estado normal de la materia.
El mecanismo no es complicado: el aire ionizado crea plasma a baja temperatura que luego se mueve a través de un tubo por un compresor de aire. Moviéndose a través del tubo, el plasma se ve afectado por un pulso de microondas que sacude los iones, provocando que choquen contra los átomos no ionizados y aumentando aún más la temperatura y la presión.
Esto es lo que genera el empuje.
En este punto, una vez comprobada la eficacia del sistema, el objetivo es desarrollar un mecanismo que sea cada vez más compatible con la instalación en aeronaves existentes.
Los próximos desafíos se refieren a los componentes de ingeniería y energía: ¿cuadrarán las dimensiones? ¿Será energía sostenible?