La Comunidad de Madrid está desarrollando sus ensayos de "supermanzanas", nuevos conceptos de carreteras cerradas al tráfico. Un proyecto que ya se está probando en ciudades como Vitoria y Barcelona.
El Ayuntamiento de Madrid continúa con los debates para limitar el tráfico en el centro de la ciudad con la creación de "supermanzanas" para reducir el peso del tráfico en diferentes zonas, dar más espacio a los peatones y, en definitiva, reducir los vehículos. Carreteras más seguras, menos contaminadas y más saludables para los ciudadanos, especialmente los ancianos y los niños.
El gobierno local lanzará un proyecto piloto en el distrito de Salamanca en diciembre y luego lo expandirá a otros distritos si tiene éxito. Uno de los responsables de poner en marcha el proyecto es el urbanista José María Ezquiaga, uno de los expertos que recuperó esta propuesta ya aprobada hace 10 años como parte de un proyecto estratégico para el Centro de Madrid.
Los superbloques
El plan inicial es articular el espacio urbano en celdas de aproximadamente 12 bloques cada una, para que sean independientes entre si. Una suerte de “compartimentos estancos” que no se limita a su propia viabilidad sino que incluye su propio tejido comercial y sus servicios.
La idea es que todas estas "supermanzanas" incluyan los servicios básicos y las actividades diarias para que los vecinos de cada una tengan todo al alcance de la mano en un espacio con muy pocos vehículos. Esto daría a los residentes más libertad, para que puedan salir y caminar más regularmente en sus áreas, al mismo tiempo que se fomenta una vida más sostenible.
Es un modelo económico y reversible y, debido a esta flexibilidad, su inversión en la liquidación no sería alta para las arcas de la Comunidad de Madrid.
La creación de las "Supermanzanas" en los distintos distritos de Madrid, al igual que las que ya se están ensayando un Barcelona, no impide por completo el paso de coches por el interior de estas celdas. El pasaje se otorgaría al transporte público (con preferencia los eléctricos) a los vehículos de residentes entrantes ya los vehículos de carga y descarga de mercancías (con preferencia a los eléctricos).
En las supermanzanas el coche cede el paso a los peatones
Sobre la base de otros intentos en otras partes del mundo (brillante el ejemplo de seattle que constantemente "roba" piezas de las calzadas y las devuelve a ciclistas y peatones), el proyecto de las supermanzanas pretende aunar habitabilidad y eficiencia.
Además de facilitar la movilidad y vida sostenible de los vecinos de cada una de las "Supermanzanas", este proyecto sirve para mejorar la calidad de vida y el aire de cada barrio, favoreciendo así la reducción de emisiones de CO2.

En definitiva, se trata de invertir la relación entre coches y peatones. Los vehículos son los dueños actuales de las ciudades: una vez que se eliminan las carreteras y las aceras, queda muy poco. Devolver espacio a los ciudadanos, en un marco de espacios verdes y servicios accesibles, significa abandonar el uso del coche y hacerlo imprescindible, no superfluo.
Y en Italia?
Los estudios de viabilidad continúan en casi todas partes, con todas las dificultades del caso ligadas a la situación económica, pero nuestras ciudades parecen diseñadas para acoger con naturalidad una revolución como la de las "Supermanzanas".
Nuestro Florencia, por ejemplo, parece haber sido ya diseñado con este destino en mente. Como siempre, la cuestión es política: la adecuación de nuestros barrios debe ir de la mano de los servicios y las infraestructuras, y así se reduce el aprovechamiento "natural" de nuestras ciudades por la lentitud en la estructuración de los espacios.