La velocidad de Internet obtenida es un récord mundial absoluto. 1 millón de veces más rápido que la banda ancha actual.
Un equipo de investigación en Australia alcanzó el récord mundial de velocidad de Internet: 44,2 terabits por segundo. Una velocidad que permite, por así decirlo, descargar 1.000 películas HD en un solo segundo.
Investigadores de las universidades de Monash, Swinburne y RMIT utilizaron un chip óptico "micro-peine" que contenía cientos de láseres infrarrojos para transferir datos a través de la infraestructura de comunicaciones existente de Melbourne.
El registro anterior es reciente. Perteneció a un equipo japonés., que en abril pasado pudo hacer que la señal viajara aún más rápido (172 terabits por segundo). En ese caso, se utilizaron 3 cables de fibra (en lugar de uno, como en este caso) y una longitud de 60 kilómetros (en lugar de 70, como en este caso).
La velocidad comercial más alta de Internet en cualquier parte del mundo se encuentra actualmente en Singapur, donde la velocidad de descarga promedio es de 197,3 megabits por segundo (mbps).
Hay cierta prisa mundial por llevar esta tecnología a un nivel comercial en este momento, ya que el micropeine que contiene es útil en una amplia gama de tecnologías existentes.
Bill Corcoran, Universidad de Monash
“Imagino que podríamos ver dispositivos como el nuestro disponibles para laboratorios de investigación en dos o tres años y para uso comercial inicial en unos cinco años”, agrega Corcoran.
Nuevo mundo, nueva red
El bloqueo del coronavirus ha puesto a prueba la infraestructura de Internet en los últimos meses. En Italia se registraron el tráfico aumenta incluso 70% diario.
En Europa, se pidió a los proveedores de streaming que rebajaran sus servicios en marzo para hacer frente al aumento del tráfico. Netflix y YouTube estuvieron entre los que acordaron reducir la calidad de imagen para los usuarios.
La implementación del dispositivo de micro-peine aliviaría este problema, según los investigadores.
Velocidad de Internet: factor crucial
El coronavirus nos ha dado solo una vista previa de los problemas de capacidad que las redes verán en unos pocos años, especialmente cuando comencemos a trabajar en redes con tecnología hambrienta de datos como 5G, autos autónomos e Internet de las cosas.
Para ello necesitaremos nuevas tecnologías compactas como esta. Un dispositivo del tamaño de una uña puede ampliar la capacidad de transporte de datos de nuestras redes para reducir el espacio, el consumo de energía y los costos, al tiempo que aumenta la velocidad general de los datos. La demostración de los australianos muestra un elemento muy alentador: la tecnología es compatible con la infraestructura de fibra óptica ya instalada.