Ha habido un largo debate sobre la agricultura. Por un lado, lo necesitamos para cubrir nuestras necesidades nutricionales. Por otro lado, cuando hay demasiada tierra cultivada, puede quitarse la tierra necesaria para la naturaleza y la vida animal. Y ciertamente produce un alto impacto ambiental.
Misma comida, mitad tierra
Ahora, un nuevo estudio en la revista Nature Sustainability Es revelador que podamos producir la misma cantidad de alimentos utilizando la mitad de la tierra cultivada. El estudio es realizado por el investigador Christian Folbert y sus colegas del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados de Austria.
Los científicos revelan un escenario que lleva los rendimientos de los cultivos de los países más pobres al nivel de los de los países más ricos. “Los cultivos se pueden optimizar en el uso de espacio y fertilizantes para reducir en un 50% el desperdicio de tierra y la contaminación por la misma producción, o duplicar la producción sin más daño a la naturaleza”.
Este escenario liberaría aproximadamente 576 millones de hectáreas, permitiendo que la tierra recupere su propósito natural. Entre los beneficios “colaterales”, las emisiones de gases de efecto invernadero de los fertilizantes y las necesidades de agua de riego disminuirán drásticamente. Los autores enfatizan el aspecto ambiental, porque sería el inmediatamente más evidente que el alimentario.
Un segundo escenario
Los investigadores también ofrecen un segundo escenario. En este escenario, la tierra cultivada se abandona en áreas con mayor biodiversidad. El 20% de la superficie cultivada se utiliza uniformemente para la producción de 16 cultivos, una especie de "conjunto mínimo de alimentos". Este escenario, argumentan los investigadores, “Todavía permitiría reducir las necesidades de suelo en casi un 40%”.
Ambos escenarios son extremadamente prometedores y no tienen en cuenta las nuevas tecnologías avanzadas o los cambios de los consumidores hacia otras fuentes de proteínas (como las carnes de origen vegetal).