Actualmente, el olor es prácticamente imposible de transmitir digitalmente, pero eso podría cambiar en los próximos años. Lo que no se hace por el mercado del futuro
El perfume digital es el cierre de un círculo. La evolución tecnológica (más que nada la revolución industrial) ha hecho que casi perdamos la percepción de los perfumes. Todos usamos una plétora de desodorantes para ocultar nuestros olores corporales, y los gases de escape del tráfico en nuestras vibrantes megaciudades nos insensibilizan a las sensaciones olfativas.
No dudaría en decir que dentro de un tiempo pensaremos en nuestra nariz solo como un lugar para ponernos las gafas, o como un centinela que nos advierte de alergias y resfriados.
De hecho, el olor es muy importante.: el lenguaje químico del perfume es una sensación física que nos afecta directa y profundamente. Por esta razón, por ejemplo, los fabricantes de automóviles se aseguran de que sus automóviles huelan a nuevos, o porque las cafeterías son mucho más atractivas que el café de supermercado envasado al vacío.
Las experiencias en línea actuales no incluyen actualmente un componente de olores. Algunos intentos pasados (como Olly, una especie de impresora olfativa antelitteram) ha fallado miserablemente. Sin embargo, los consumidores estiman que nuestro sentido del olfato será una parte clave de Internet para 2030.
Más de la mitad de la población mundial ya vive lejos de la naturaleza y la creciente urbanización ha aumentado nuestra necesidad de experiencias naturales.
Por esta razón, 6 de cada 10 personas esperan poder visitar digitalmente los bosques o el campo y experimentar todos los olores naturales de esos lugares.
Esta es la expectativa más común e indica la fuerte necesidad de una inmersión más profunda de lo que pueden ofrecer los videos.
La experiencia de ver cualquier tipo de video sería más inmersiva si incluyera el olor.
El 56% de las personas esperan poder oler el perfume digital en las películas que miran.
Aunque los intentos de incorporar perfume durante las películas se remontan a principios de la década de 60, es probable que su falta de popularidad se deba a la falta de tecnología efectiva más que al interés popular.
Dado nuestro escaso conocimiento de muchos de los sabores del mundo, también parece que los consumidores están abiertos a la innovación en este campo, y el 47 % espera que los datos sobre olores estén disponibles para que las empresas los utilicen comercialmente. Al menos por ahora, muchos no ven la necesidad de mantener privado su olor digital.
Finalmente, esta tecnología no debería causar mal olor: ¿Podremos evitar los malos olores cuando queramos? Más de la mitad de los seguimientos en la encuesta involucran un dispositivo que transforma digitalmente olores apestosos en fragancias agradables en la nariz. Casi la mitad también espera poder controlar el olor de los demás, usando perfumes y desodorantes digitales.
Solo tiene que esperar y verificar si realmente puede acceder a los olores digitalmente.