Es difícil encontrar una publicación como esta después de una noche casi sin dormir escuchando los ecos de una guerra. Pero si no nos tomamos en serio el futuro en días como estos, ¿cuándo podemos hacerlo?
Desde hoy hasta 2035 está en juego el destino de este siglo: El futuro en 15 años nos dirá qué camino tomó este planeta hacia la encrucijada. Puede tomar una desastrosa, con una palinogénesis sin certezas. O prepare la paz, el bienestar, la igualdad y la longevidad para todos.
¿Qué nos depara el futuro en 15 años?
Imagina un planeta donde podamos "hablar entre nosotros" sin ningún teléfono, escuchando a un interlocutor lejano directamente en nuestro oído gracias a dispositivos neuronales. Una "telepatía electrónica" lo que nos trae aún más inmediatamente, y sienta las bases para una red humana. Una inteligencia global, la primera especie tecnológicamente conectada.
Imagine un planeta donde los robots (finalmente) se encargan de tareas manuales monótonas, y aún más: arreglan nuestras camas, lavan y planchan, o separan los platos en el lavavajillas.
Un planeta donde los sistemas de seguridad inteligentes hacen que sea más difícil cometer crímenes y más fácil arrestar a quienes lo hacen. (Esta solución contiene dudas éticas).
Un planeta donde emerge una nueva sensibilidad de la tecnología. Un universo de ideas que no nos aleja de la humanidad sino que nos permite disfrutarlo plenamente y explorar fronteras siempre nuevas.
Donde la única brecha social que se debe salvar es la que existe entre humanos y cyborg: los que eligen vivir en su estado natural y merecen protección, y los que optan por aumentar, que es un brazo biónico o un chip implantado, y necesitan respeto y atención.
En resumen, el futuro puede ser diferente de la sombría sociedad distópica contada por series como Espejo Negro.
La Tierra puede entrar en un nuevo Renacimiento impulsado por tecnología ética. Un movimiento que transforma la economía, la política, la energía, la medicina y el transporte.
15 años en el futuro: gestionar el poder de manera responsable
"Estamos en un momento especialmente crítico en la historia de la humanidad debido al grado de poder que nos ofrece la tecnología", dice Ross Dawson, futurólogo y autor internacional que estudia las tendencias futuras y los cambios globales. "La tecnología está ampliando nuestras capacidades".
¿Cómo será el futuro en 15 años?
Veremos el nacimiento o desarrollo de muchas tecnologías. Desde el uso de robots capaces de realizar tareas domésticas (y profesionales) extremadamente complejas y sofisticadas hasta la adopción de tecnologías que integran máquina y hombre y nos permiten incrementar nuestros sentidos y nuestra inteligencia.
Para Dawson, esta es el área donde ocurrirá el cambio más profundo. “Ahora hemos llegado a una etapa en la que los poderes de la tecnología nos han permitido cambiar quiénes somos. Básicamente, nos estamos volviendo más que humanos ”.
Tecnologías ya presentes pero aún no generalizadas, desde interfaces cerebro-máquina hasta exoesqueletos que permiten caminar a los paralíticos. De paso Neuralink, la compañía de Elon Musk, planea implantar electrodos neurales en personas paralizadas para 2021.
Los pioneros más atrevidos del transhumanismo avanzan en terreno desconocido realizando la biohacking del cuerpo con resultados a veces brillantes y otros infructuosos, desde transfusiones de sangre joven hasta el uso de Tecnología de edición genética CRISPR para transformar el ADN
El mundo en 2035.
En 15 años, estas serán potencialmente las principales tecnologías. Darán a luz a una nueva generación de humanos "inteligentes" capaces de participar en la comunicación de cerebro a cerebro a través de interfaces neuronales implantadas. Otros rasgos "sobrehumanos" (audición ultrasónica como la de los murciélagos, capacidad para levantar fácilmente un automóvil) surgirán en paralelo.
Un desdibujamiento radical de la frontera entre el hombre y la máquina planteará cuestiones bioéticas y filosóficas sobre lo que significa ser humano y actuar como una fuerza social polarizadora, dividiendo a los que se "aumentan a sí mismos" de los que no quieren o no pueden.
"Estos dispositivos serán costosos", dados Dawson, "Entonces las personas que tengan más recursos podrán aumentar sus habilidades fortaleciendo aún más su privilegio social".
Todo este cambio será perturbador. Planteará problemas sobre todo en términos de seguridad (¿las interfaces neuronales también permitirán que personas malintencionadas se roben nuestras conversaciones, en el futuro incluso pensamientos?). Un gran riesgo también será la erosión de la privacidad con la vigilancia ubicua, que ya se ha visto en China (pero no solo) con un increíble software de reconocimiento facial.
Y luego la antigua cuestión del empleo: el Foro Económico Mundial estima que el 65% de los niños de hoy trabajarán en trabajos que aún no existen.
¿Terminaremos siendo reemplazados por máquinas?
Nunca pasará. Sí, las máquinas seguirán superando a los humanos en muchas tareas. (por ejemplo, hoy ya no puedes vencer a una computadora de ajedrez, por ejemplo). Pero hay capacidades humanas excepcionalmente más profundas, más amplias y más grandes de lo que muchos creen. Pueden simularse parcialmente, pero no pueden reemplazarse.
Estas cualidades incluyen todo: desde nuestra creatividad intrínseca hasta nuestra extraordinaria capacidad de síntesis. El talento intuitivo que nos trae grandes revelaciones de una manera que aún no conocemos completamente, y mucho menos los robots. Podemos ver el mundo que nos rodea, entender cómo podemos usar el contexto para tomar decisiones y aplicar nuestra ética.
Entonces no, no creo que el futuro en 15 años (ni nunca) nos lleve a un momento en que trasciendamos todas las capacidades humanas.
Porque no hay tecnología sin humanidad
Dawson hace una advertencia importante. La innovación del transhumanismo puede ser parte de nuestro ADN, pero debemos asegurarnos de permanecer en el corazón de lo que creamos, desde la tecnología hasta las nuevas formas de trabajar a través de los sistemas económicos, sociales y políticos.
"Creo que podemos diseñar una sociedad que realmente reconozca y apoye las capacidades humanas de una manera que nos permita prosperar y descubrir nuestro potencial como seres humanos".