Un informe advierte: un microorganismo patógeno mortal ha desarrollado la capacidad de resistir todas las drogas existentes: sucedió en tres ocasiones distintas.
El hongo resistente a todas las drogas, el Candida auris, ya había sido clasificado como una "amenaza urgente" por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
La aparición de las denominadas cepas "pan-resistentes" es motivo de gran preocupación para los autores del informe, los especialistas en enfermedades infecciosas del Departamento de Salud del Estado de Nueva York. Sus hallazgos fueron publicados el jueves en el Informe semanal de morbilidad y mortalidad.
La Candida auris, identificado por primera vez en 2009 en Japón, ahora está muy extendido en casi 40 países. Se sabe que el germen insidioso se encuentra en los centros de salud y afecta a pacientes vulnerables, causando infecciones invasivas marcadas por fiebre y temblores.
Hongo resistente a todas las drogas: es mortal
Entre el 30% y el 60% de los pacientes mueren por infección con Candida auris. No es fácil determinar la tasa de mortalidad exacta, porque el hongo a menudo ataca a pacientes que ya padecen afecciones potencialmente mortales.
Parte de lo que hace que las cepas de Candida auris tan peligroso es que parecen desarrollar fácilmente resistencia a los medicamentos antimicóticos. Solo se usan tres clases de medicamentos para tratar este tipo de infección: triazol, polieno y equinocandinas. Y muchas cepas ya son resistentes a una o dos de ellas.
Hongo patógeno, la situación cambia rápidamente
La vigilancia de las cepas recolectadas en la segunda mitad de 2019 reveló tres pacientes con Candida auris resistente al pan, dice el informe. Todos los pacientes estaban en diferentes instalaciones médicas y no tenían contacto ni conexión mutua.
En los tres casos, infecciones de Candida auris de los pacientes comenzaron con cepas sensibles a la equinocandina y cada uno fue tratado durante períodos prolongados con un medicamento equinocandina. Después de meses con las drogas, las pruebas posteriores mostraron que sus infecciones sensibles a las drogas habían desarrollado resistencia a todas las clases de drogas disponibles.
Dos de los pacientes murieron semanas después de que los investigadores aislaran sus cepas resistentes a los medicamentos. Ambos, como se mencionó, ya habían comprometido la salud básica y las condiciones respiratorias difíciles.
Después de identificar a estos dos pacientes, los investigadores examinaron muestras más antiguas que otros pacientes. Es entonces cuando encontraron el tercer caso de Candida auris panresistente, en un hisopo rectal tomado de un paciente en 2017. En ese caso, el tratamiento antimicótico había eliminado la infección inicial sensible a los medicamentos del paciente. Pero el seguimiento posterior descubrió que la cepa panresistente lo había colonizado. El paciente falleció 10 meses después del aislamiento de la cepa resistente a la cacerola.
Candida auris, las aclaraciones de los investigadores
Aunque las investigaciones exhaustivas no han podido documentar la transmisión de aislamientos anti-pan de los tres pacientes a otros pacientes o al medio ambiente, la aparición de pan-resistencia es preocupante.
La ocurrencia de estos casos subraya la importancia de la vigilancia de la salud pública para Candida auris, la necesidad de una prescripción prudente de antifúngicos y la importancia de realizar pruebas de sensibilidad en todos los aislados clínicos. Incluso la introducción de ayudas para la salud más sabias (como las camas de cobre, que matan al 95% de las bacterias) pueden mejorar la imagen general de los pacientes y hacerlos más capaces de resistir infecciones de este tipo.
Además de tratar de evitar que el microbio amenazador se vuelva más resistente, los investigadores también están trabajando para intentar sacarlo de las instalaciones de salud donde representa la mayor amenaza, pero es extremadamente difícil. Estudios recientes sugieren que grandes cantidades de células fúngicas pueden transmitirse de pacientes infectados o colonizados, diseminando gérmenes infecciosos y resistentes a los medicamentos en el entorno circundante.
En las superficies de plástico, esas células fúngicas pueden formar grupos que pueden sobrevivir durante semanas.