Si un día enjambres de pequeños robots nunca se utilizarán para fines como polinizar flores o explorar sitios de desastres, tendrán que tener mucha resistencia. Un robot creado en el instituto de investigación EPFL de Suiza parece encajar bastante, ya que puede soportar incluso los golpes de un matamoscas.
Con un peso inferior a un gramo, el robot con forma de insecto se mueve a través de músculos artificiales conocidos como actuadores "Elastómero dieléctrico integrado" o la DEA. De ahí su nombre, DEAnsect.
Cada una de sus tres patas de silicona contiene un DEA, que a su vez consiste en una membrana de elastómero intercalada entre dos electrodos blandos. Cuando se aplica una corriente de bajo voltaje, los electrodos se atraen entre sí, comprimiendo la membrana. Una vez que se interrumpe la corriente, se separan, permitiendo que la membrana se expanda a su espesor original.
Se enciende y apaga más de 400 veces por segundo, lo que hace que el DEAsect vibre hacia adelante a una velocidad de 3 cm (1,2 pulgadas) por segundo.
Actualmente hay dos versiones del dispositivo. El primero está conectado a un sistema externo de alimentación y control. Es este insecto robot que puede ser aplastado por un matamoscas o aplastado por un zapato, y continuar su camino sin inmutarse.
La segunda versión es independiente, con batería integrada y microcontrolador. Utilizando los "ojos" integrados, puede trazar y seguir de forma autónoma los patrones en blanco y negro impresos en el suelo.
Sus creadores ahora están trabajando en un sistema que permitiría que múltiples DEAnsects se comuniquen entre sí, para que puedan coordinar sus movimientos. En resumen, un enjambre robótico.
La investigación también involucró a científicos de la Universidad francesa de Cergy-Pontoise. Fue descrito en un artículo publicado recientemente en la revista científica Science Robotics.
Aquí hay algunos DEAnsect en acción en este video.
fuente: EPFL