La propuesta de la Ministra de Innovación Paola Pisano es una buena señal y excelentes intenciones, pero debe aplicarse de manera radical: que las instituciones corran tras ella para perseguirla, y. no ciudadanos.
La creación de una verdadera identidad digital y un verdadero hogar digital, con una única plataforma que conecte al Estado y los ciudadanos es una meta que siempre se ha perseguido. Probablemente desde el advenimiento de la propia red.
Notificaciones, comunicaciones, actos administrativos, de manera clara y también (perdonad los puristas por la mala expresión) ecológica.
El Ministro de Innovación paola pisano es de lejos el que más resultados espero en esta legislatura. Para mí es más que una compañera (también porque es dos años menor que yo): la considero la primera ministra italiana verdaderamente contemporánea. Y espero mucho. Quiere el linaje de la tema central que tiene este sitio, ya sea por la propia Pisano, que se ha hecho un nombre en sus anteriores experiencias administrativas.

Por eso estoy muy satisfecho con esta enmienda al paquete financiero: Tiene sabor a tiro libre desde el borde del área en el área de Cesarini. Da esperanza, mantiene viva la pasión.
¿Podemos esperar que para 2022, cuando el mundo vuelva a poner un pie en otros satélites y planetas, los italianos ya no se asfixien con el papeleo, las notificaciones, las oficinas de correos y las tiendas de apuestas? Por mi si. Pero bajo ciertas condiciones.
El camino hacia el nacimiento de un hogar digital no debe recaer sobre los ciudadanos
Tener un canal de comunicación, una plataforma de pago rápida y sencilla y una disponibilidad "ubicua" segura son cosas buenas y correctas. Las instituciones deben apuntar a completar el plan de domicilio digital en todos los niveles, nacional y local. Los retrasos o las cosas que no se hayan terminado no corren por nuestra cuenta. El cambio es generalizado y simultáneo, o al menos con una hoja de ruta clara.
Identidad digital: bien concebida, para realizarse aún mejor
En este sentido las ideas parecen bastante claras: es muy interesante el hecho de que el DNI electrónico se convierta en una especie de 'cuadernillo de identidad digital' e incluya también el PIN de la futura plataforma única.
Lo mismo ocurre con el cambio de dirección de Agid a la presidencia del Consejo.
Tendremos las llaves a tiempo, pero ¿se abrirán las puertas? Y una vez que entremos, ¿encontraremos lo que necesitamos? Las dudas son siempre las mismas: infraestructuras y cadenas de comunicación interna, esa es la debilidad endémica de nuestros órganos administrativos.