Las obras de arte tienen el poder de cambiarnos. Mueven algo dentro de nosotros, física y emocionalmente, de maneras que aún no sabemos cómo entender o explicar. Pueden inspirar gestos de absoluta nobleza o lanzarnos a un abismo.
Es en base a esta reflexión que nacen las observaciones sobre “Joker”, la película que Warner Bros envió a los cines tras el triunfo del León de Oro en Venecia.
“Joker” cuenta la génesis del malvado y psicópata enemigo del superhéroe Batman: un sádico trastornado con cara de payaso desfigurada, que disfruta del sufrimiento de los demás.
Representado magistralmente en 2008 por la increíble actuación del actor Heath Ledger, galardonado con un Oscar póstumo, Joker ve su regreso a los cines con una película dedicada. La interpretación del villano está encomendada a Joaquin Phoenix, protagonista de otra extraordinaria actuación artística.
En la era de los tiroteos casi virales o los asesinatos masivos de personas con trastornos mentales, en Estados Unidos no es el mejor momento para una película de este tipo, y la gran polémica que siguió a su estreno es prueba tangible de ello.
La carta de Aurora
Las familias de las víctimas de un asesinato en masa en 2012 en la ciudad de Aurora, Colorado, escribió una carta abierta a Warner Bros.
En Aurora, 12 muertos y más de 70 heridos fueron el resultado de un ataque a una sala de cine donde se proyectaba "The Dark Knight - The Return", secuela de la película de Batman con Ledger.
En la carta, las familias de las víctimas expresan su preocupación de que "Joker" pueda inspirar más asesinatos en masa. El asesino de Aurora, un tal James Holmes, se asoció inicialmente con el personaje del Guasón por su ropa en el momento del asalto. Hoy, escriben desde Aurora, podría haber problemas aún peores, podría haber una fuerte identificación con un personaje “Socialmente aislado quien se siente injustamente agredido por la sociedad”. Un símbolo, en definitiva, para todo aquel que quiera hacer justicia por su cuenta para redimir una vida de problemas sociales innatos o inducidos. El héroe de los asesinos en masa potenciales.
"Mi miedo es que alguien por ahí (y quién sabe cuántos) al borde de la locura se anime con esta película". dados arena phillips, la madre de Jessica Ghawi, una de las víctimas. "Estoy aterrorizado por esto".
No es el único
Esta semana, el ejército ha advertido a los servicios de los riesgos reales que la visión de "Joker" podría potencialmente provocar actos de violencia por parte de personas radicalizadas. Personas en riesgo con problemas mentales, personalidades misógenas y una percepción de "celibato voluntario", una condición de soledad provocada por la sociedad.
elliot rodger, un asesino en masa en el asalto a Isla Vista (6 personas muertas y 14 heridas en 2014 en un ataque con arma de fuego cerca del campus de la Universidad de California) fue perfectamente identificado con la descripción de "célibes involuntarios".
El propio asesino de Aurora frecuentaba conversaciones en la web entre "célibes involuntarios" y se había considerado un vocero de su sed de venganza.
En los mismos ambientes de la red hoy existen conversaciones bélicas que tienen como objeto la concomitancia del estreno de 'Joker'.
Por ello, el FBI ha dictado la prohibición absoluta de acudir a los cines con ropa de cosplay o camuflaje de cualquier tipo, "por motivos de seguridad", y ha alertado al ejército.
Gasolina en el fuego
Al feroz debate desatado en torno a la película se suma la apresurada respuesta tanto del director como del protagonista de la película. Ambos (seguro, legítimamente pero quizás con poco sentido de la realidad) pasan por alto los temidos riesgos, declarándose simplemente "perplejos" ante la idea de que algunos sociópatas puedan elevar la figura del supervillano con cara de payaso a héroe y símbolo.
Phoenix rehuyó preguntas sobre los efectos de la película, mientras que el director Todd Phillips dijo que "Joker" y su relato de cómo un hombre común decide convertirse en un asesino en serie no es tan diferente de "John Wick", una película de acción sobre un asesino exterminando hordas de mercenarios para castigar el asesinato de su perro.
Lo que Phillips y quizás incluso Phoenix parecen ignorar es que el número de muertes en la película no es lo que constituye el factor discriminatorio.

Polarizando el debate
No es ningún secreto que la permisividad de Estados Unidos en la concesión de armas, combinada con la relativa dejadez en su enfoque de los trastornos mentales, son la combinación que provoca la "epidemia" de asesinatos en masa en el país.
A pesar de un soporte de fachada, ambos problemas se han dejado solos durante años, y en el marco sociopolítico estadounidense la solución a ambos parece casi una utopía.
Por otro lado, como escriben los sobrevivientes de los tiroteos de Aurora y otros eventos, el poder de inspirar, crear opinión e incitar a la acción es parte de cada forma de arte. El debate sobre "Joker" ha polarizado a la opinión pública: por un lado los que temen un resurgimiento del fenómeno vinculado a los asesinatos en masa, por otro lado los que invocan la libertad de creatividad y expresión.
Razones para vender por ambas posiciones, que sin embargo rápidamente se convirtieron en males por la virulencia de las formas con las que estas razones se transformaron en el habitual e inútil juego de oposición.
Un suelo resbaladizo
Es una de las razones por las que durante la presentación de 'Joker' no se involucraron salas de ensayo y audiencias "populares", pero sí hicieron circular la película en varios festivales de cine (incluido el de Venecia, donde triunfó superando a la competencia). La visión limitada a los cinéfilos más conscientes centró la atención en la creatividad y no en el potencial social o las implicaciones culturales de la película.
Pero la película mantiene su poder de inspirar al público, e incluso dificulta que los críticos de cine definan la película y su posible impacto.
En una época en la que la necesidad de escuchar a los débiles, a las víctimas de la violencia (individual y masiva) por el racismo, el abuso, el bullying y otras injusticias, la reacción algo indiferente hacia las víctimas de Aurora marca otro punto en contra de la sociedad, y quizás un argumento inconsciente en apoyo de quienes se sienten excluidos de ella.
No hay salidas fáciles
Este es el fin de semana en el que la película llegará a los cines de todo el mundo y también de Estados Unidos. ¿Cómo se debe abordar esto? Posponer el estreno de la película a la espera de "tiempos mejores" es un callejón sin salida: ¿cuándo podría terminar la sensibilidad sobre el tema de los asesinatos en masa? Por otro lado, aun dejando todo el conjunto de opiniones, miedos, controversias y antecedentes a tal tema se banaliza el problema.
Una buena opción sería empoderar a quien hizo la película el hecho de que esto ya no representa, lamentablemente, una realidad cómica, sino un maldito fenómeno real. El director y el protagonista de la película pueden aprovechar este lanzamiento para llevar a todos el mensaje adecuado que lo acompañe, y no escapar de las entrevistas o minimizarlo por meras razones económicas o artísticas.
La responsabilidad del público
El estreno de esta película nos afecta a todos: si como sociedad somos indiferentes a los potenciales “Jokers” que viven en nuestras ciudades, o descartamos todo como una simple película, somos justamente parte de las causas que provocan estas masacres, indiferente mientras es, no nos concierne e incapaz de analizar objetivamente un fenómeno.
Sí, la sociedad actual se parece demasiado a la distópica que cuentan los cómics nacidos el siglo pasado. Las ciudades del mundo comienzan a parecerse sutilmente a lugares oscuros como Gotham City, lleno de potenciales súper enemigos, marginados y trastornados de todo tipo que se transforman de víctimas a asesinos en el silencio general.