La democracia puede estar en la recta final, reemplazada por una red global de estados autoritarios.
shawn rosenberg, un respetado psicólogo de la Universidad de California desorientó a la audiencia en la última reunión de la Sociedad Internacional de Psicología Política celebrada en Lisboa.
El profesor de 68 años no es nuevo en el análisis de género: en la década de 80 uno de sus estudio mostró cuántos votantes eligen candidatos solo en función de su apariencia. Seco para decir, suscitó muchas controversias, pero tenía razón.
Esta vez Rosenberg presentó un estudio aún más articulado que abarca entre neurología y geopolítica, pasando por la futurología. Si tuviera solo 6 palabras, podría resumir con un concepto muy simple: la democracia se está devorando a sí misma y pronto terminará su comida.
Finalmente, en su estudio, Rosenberg predijo el fin inminente de la democracia.
El barco se hunde
En su presentación, Rosenberg reconoció la tendencia política que tiene lugar en Brasil, UK, EE. UU. Y UE (en forma variable) una señal precisa. Un modelo de estado autoritario se está volviendo más deseable para los ciudadanos que un compromiso civil activo.
“Incluso en regímenes considerados permanentemente democráticos, este tipo de gobernanza continuará en un declive inexorable hasta el punto del colapso”, dijo durante su discurso.
Todo surge de un problema subyacente: la democracia es agotadora. Es un trabajo duro y requiere un enorme esfuerzo por parte de quienes tienen la intención de participar en él. Los participantes deben respetar a quienes se ven y sienten de manera diferente. Requiere equilibrio, disciplina, la capacidad de separar la propaganda de los hechos. Y nuestro cerebro, en esencia, no está construido para la autorregulación. Estamos predispuestos a tener solo las faltas de las ovejas, y raramente los méritos de los pastores.
La transición progresiva de una internet 'abierta' a las redes sociales ha influido en el comportamiento de las personas, llevándolas a absorber solo contenidos que confirman sus inclinaciones, y prefiriendo estos contenidos a fuentes objetivas de información o análisis crítico de la realidad.
En conclusión, la mayoría de las personas no pueden comprender o evaluar democráticamente la cultura, las instituciones, las prácticas o la ciudadanía.
shawn rosenberg
La conclusión que me inspira Rosenberg es que la democracia muere a nuestro alrededor porque ya no existe dentro de nosotros.
Aceptar nuestra naturaleza incompleta significa cultivar la capacidad de gobernarnos de manera colectiva, dados los límites individuales obvios.
El compromiso directo y generalizado en democracia es el ejercicio de nuestro deseo de proceder unidos.