Durante siglos, los productores de arroz en Asia no tenían Aigamo, pero utilizaron gansos reales como alternativa natural a los pesticidas. Glotones con malezas e insectos, los palmipeds también actuaron como fertilizante natural, como se puede imaginar.
En el siglo XXI, la práctica ya no se usa, pero una mano cibernética podría dar nueva vida a los métodos antiguos.
¿Qué es Aigamo?
Un ingeniero de Nissan hizo un amigo cibernético para patrullar los campos: actualmente se está probando en la prefectura japonesa de Yamagata, en el noreste de Japón.
Aigamo (¿te diste cuenta de que ese era el nombre del robot anfibio?) Pesa solo 1.5 kg y tiene aproximadamente el tamaño de una de esas aspiradoras automáticas. Dos cepillos de goma giratorios actúan como patas para nadar bajo el agua y, al ayudar a oxigenar el agua, evitan el crecimiento de malas hierbas y algas.
Aquí está en acción en el video distribuido en YouTube por la misma casa japonesa Nissan.
Encuentro muy romántica la idea de que un robot da vida a antiguas técnicas agrícolas que de otro modo se habrían perdido.
Un poco como Robocrop, que en el Reino Unido mantendrá viva la cosecha de bayas.
En un Japón afligido por la contracción del consumo y el envejecimiento de la población, Aigamo podría garantizar la supervivencia de una industria de inmenso valor cultural.