Entre granjas reales de peces de cultivo, cultivos en lo alto de rascacielos y camarones de "laboratorio", Singapur apunta a aumentar la proporción de alimentos de producción propia y reducir la dependencia de las importaciones para alimentar a sus 6 millones de habitantes.
Actualmente la isla produce alrededor del 10% de los alimentos que circulan dentro de las fronteras nacionales, pero apunta a llegar al 30% para el 2030, y no es casualidad que el plan estructurado por el gobierno se denomine "30 por 30".
El desafío es encontrar espacio
Con solo el 1% de su superficie (724 kilómetros cuadrados) dedicada a la agricultura, la presión se concentra por completo en la construcción de nuevas 'granjas urbanas' que satisfagan la necesidad de cultivar más alimentos en menos espacio.
Sustenir Agricultura Es una de las más de 30 granjas verticales en Singapur, y se espera que el número se duplique en número y tamaño en los próximos 3 años. En los cultivos hidropónicos que ocupan rascacielos enteros, se cultivan variedades no autóctonas de alimentos como tomates cherry, fresas y repollo, en un motín de luces artificiales ultravioletas y no artificiales, y se tratan hasta que pasan a los supermercados.
Sustenir ya ha recaudado fondos por 16 millones de euros de inversores estatales y extranjeros (la australiana Grok Ventures) que le permitirán expandirse en tamaño y también poner un pie en Hong Kong, pero no es el único proyecto interesante: Apollo Aquaculture Group es la construcción de una piscifactoría vertical muy avanzada y automatizada de ocho pisos de altura, capaz de producir 110 toneladas de pescado por año solo en la primera fase de puesta en marcha reducida.
Otros planes incluyen una granja de 18 hectáreas completamente cerrada con hidroponía y cría de insectos, que estará lista a mediados de 2021.
Dudas sobre el futuro
Sin embargo, no todo el mundo en Singapur está convencido del avance tecnológico: para William Ho, un empresario avícola, el gobierno está gastando demasiado dinero en proyectos que parecen condenados al fracaso, y también debería confiar en los agricultores "pasados de moda", más hábiles en la práctica.
Otras preocupaciones se centran en la competitividad, lo que haría que los productos desarrollados automáticamente al eliminar los tradicionales sean demasiado baratos.
Camarones en un tubo de ensayo
Sin embargo, algunos cambios parecen imparables: Shiok Meats, por ejemplo, una empresa quehamburguesa sintética pretende oponerse a una respuesta marina y convertirse en el primero en el mundo en vender carne de camarones obtenida directamente de células cultivadas durante 4-6 semanas en tanques con una solución de nutrientes en el laboratorio.
Para 2020, Shiook Meats estará presente en una serie de restaurantes seleccionados (altamente seleccionados: uno o dos). Para 2030, su objetivo es cubrir todas las necesidades de camarones de Singapur y exportar excedentes.