Gadget muy curioso, pero definitivamente útil para aquellos que no pueden controlar la moda de las compras, el brazalete Pávlok propone bloquear las compras que son demasiado caras sin medidas a medias, o dando una buena descarga de 340 voltios que promete transmitir el deseo de gastar incluso a las personas más convencidas.
La intencion de Pávlok, así se llama la pulsera, es muy interesante, porque explota el concepto del Internet de las Cosas, según el cual los objetos están programados para interactuar con sus dueños, en este caso para castigar a los seres humanos que se comportan de manera no muy virtuoso El impacto comienza cuando los propietarios corren el riesgo de despilfarrar el dinero ganado con tanto esfuerzo en compras inútiles o demasiado caras.
Pavlok no solo se dedica a los adictos a las compras, sino también a aquellos que desean eliminar algunos malos hábitos, desde el humo del cigarrillo hasta la comida chatarra o los pensamientos negativos. Es un brazalete que con respecto a las finanzas está configurado con su cuenta corriente y, por lo tanto, advierte si el usuario excede el límite de gasto establecido.
Muchos gritaron al tortura autoinfligido y, considerando la extensión de la descarga eléctrica, también es una opción peligrosa para la salud. Consciente de la gran charla que nacería sobre la difusión del brazalete, el mismo fabricante IE aconsejó al usuario que hablara con el médico antes de comprar el dispositivo.
¿Mejor un pequeño batido hoy que un batido mañana entonces? Según la compañía IE que produjo Pavlok, sí, porque muchos usuarios se han declarado entusiasmados con el proyecto y hay muchas iniciativas que tienen como objetivo difundir este concepto a otras herramientas, como el despertador de la mañana.
El afán de no despilfarrar el dinero y también la protección de los activos no resultan peticiones tan extrañas, ya que según una investigación publicada por el propio IE, muchas personas en Inglaterra se ven afectadas por el efecto 'avestruz', es decir, se niegan a consultar el monto de su cuenta corriente porque tienen miedo de ver cuánto dinero tienen disponible. El resultado es una serie de cuentas en rojo que traen sobrecostes y donde el gasto se intensifica por la compra masiva que se realiza en la red, muy fácil de realizar y por lo tanto muchas veces psicológicamente invaluable con los métodos más clásicos.