El 23 de junio del año pasado el satélite voló entre las estrellas Centinela 2A, un dispositivo que controlará la salud de nuestro planeta usando i colores. Así es, ya que el satélite está equipado con una cámara especial conectada al radar Sentinel 1A, que puede escanear grandes extensiones de territorio utilizando frecuencias reducidas y que, por lo tanto, puede monitorear los cambios que se han producido en los cultivos agrícolas mundiales, ofreciendo una precisión de imágenes sin precedentes. Este es un análisis muy preciso, ya que gracias a estas herramientas de detección también es posible evaluar los niveles de clorofila plantas y recopilar datos biológicos y geofísicos sobre la salud de nuestro planeta.
El satélite Sentinel 2A es parte de un plan de monitoreo llamado Copérnico, que incluye 20 satélites responsables del control ambiental. Muchos son, de hecho, los objetivos que estas construcciones espaciales pretenden cumplir, desde monitorear la tierra hasta mapear los movimientos del suelo, como sucedió con su hermano Sentinel 1, quien logró monitorear los movimientos de tierra que causaron el terremoto en Napa Valley en California en agosto de 2014.
Las superficies del mar, el hielo y los derrames de petróleo son solo algunos de los fenómenos que el Sentinel 2A puede monitorear desde arriba y es el primer satélite capaz de ofrecer datos de prevención de desastres naturales, presentando datos que si son considerados fuera de la norma, pueden interpretarse con rapidez y, por lo tanto, transmitirse a la gente para evitar desastres. No solo eso, ya que la tarea del satélite continúa con la creación de una base de datos de información sobre la superficie terrestre y la atmósfera, que se utilizará para respaldar las políticas ambientales y de seguridad. Por lo tanto, muchas decisiones futuras de los gobiernos de todo el mundo dependerán de los datos recopilados, ¡una gran responsabilidad!