"¿Qué es la vida?" pregunta Craig Venter, el hombre que mapeó por primera vez el genoma humano y creó la primera célula con un genoma sintético.
"Solo 3 letras son suficientes para componer un universo de preguntas sin respuesta. ¿Qué separa lo animado de lo inanimado? ¿Cuáles son los ingredientes básicos de la vida? ¿Quién encendió la primera chispa? ¿Cómo evolucionó el primer organismo? ¿La vida extendida en el universo? Si existen otros tipos de criaturas en otros planetas, ¿son tan inteligentes como nosotros o más inteligentes?”.
Solo tres letras: D, N y A.
Un código que según muchos genetistas famosos (como Motoo Kimura) ha aumentado en el equivalente a 100 millones de bits en los últimos 500 millones de años. El ADN domina todas las ciencias biológicas, hasta el punto de que toda la biología se convertirá en ciencia de la información. Ya hoy en día, los taxónomos utilizan 'códigos de barras' basados en el ADN para distinguir una especie de otra. Otros grupos de investigación están utilizando el ADN para almacenar y transmitir datos, y se pondrán muchos más esfuerzos para tratar de leer y escribir este increíble "código de vida". Para reproducirlo. Simularlo. También reescribirlo para formar nuevos organismos.
"En última instancia, la vida está habitada por máquinas biológicas impulsadas por ADN. Todas las células vivas funcionan con este 'sistema operativo' que dirige a cientos de miles de robots llamados proteínas. Diseñaremos y rediseñaremos organismos: dada la naturaleza digital de la información, podremos para 'teletransportar' estos datos a cualquier lugar en tiempo real, para ensamblar remotamente proteínas, virus, células vivas, tal como lo hacemos hoy en día cuando la imagen o la voz se reproducen a distancia”.
Después de la secuenciación del ADN, la humanidad está en camino de alcanzar una nueva fase de evolución basada en el 'diseño biológico'.