Los esfuerzos que la tecnología ha puesto en marcha para mejorar nuestras condiciones de salud y nuestra esperanza de vida parecen prepararse para el gran salto, causando una transformación sustancial en la forma en que nos tratamos y nos mantenemos saludables durante mucho tiempo. Estos son los cambios para los que debemos prepararnos, y si no llegan rápidamente, debemos presionar para que sucedan:
- Telemedicina prestable: Los servicios de telemedicina, consultas más livianas que se pueden brindar por teléfono o internet ahora tienen una excelente propensión para el monitoreo. Es posible tener un ojo en los profesionales y su volumen de consultas, y de la misma forma ahorrar mucho dinero del presupuesto de Sanidad para destinarlo a infraestructuras, con unos costes de gestión muy inferiores a los necesarios para soportar una actividad de estudio total. A partir de una estimación de sentido común realizada mediante la evaluación de las proporciones de los códigos de sala de emergencias rojo, amarillo y verde, el 70% de las consultas 'en persona' podrían realizarse fácilmente a distancia.
- Medicina de prevención: El creciente conocimiento de los factores críticos capaces de generar la aparición de patologías dará cada vez más espacio a la rama 'preventiva' de la Medicina. Aunque parezca malo decirlo, en el futuro probablemente tomaremos más fármacos y principios activos cuando estemos 'sanos' que después de enfermarnos, con un mayor ahorro para las arcas sanitarias. ¿Por qué gastar mucho dinero si con la mitad de la inversión puedo evitar por completo una enfermedad?
Incluso uno de estos cambios sería suficiente producir una reacción en cadena con resultados significativos, que también produciría un gran aumento en algunas de las tendencias más prometedoras de la medicina, áreas que ya están en fuerte desarrollo y capaces de mejorar significativamente la calidad de nuestra vida sin nanotecnologías 'perturbadoras':
- Sensores biológicos, sistemas capaces de monitorizar nuestras condiciones de salud (parches electrónicos que nos permiten saber en tiempo real la cantidad de glucosa en sangre). Se esperan otros avances importantes en el campo de los sensores capaces de 'seguirnos' a todas partes ya lo largo del día, proporcionando a los médicos nuestro encefalograma e información útil para ayudarnos;
- Sistemas de seguimiento, que ya invaden (de forma muy embrionaria) nuestro mercado: pensemos en todos los sistemas capaces de 'rastrear' nuestro sueño (para comprobar si roncamos o respiramos bien) o las decenas de aparatos electrónicos capaces de actuar como 'entrenadores' en nuestras sesiones diarias de jogging, grabando nuestras actuaciones y retransmitiéndolas por la red, creando un 'grupo' de personas afines que intercambian consejos y se ayudan mutuamente para lograr un objetivo común.
- Aplicación movil, las pruebas de autodiagnóstico reales se desarrollaron cada vez más para aumentar la conciencia de nuestro cuerpo y la atención a los síntomas que hace unos años se habrían ignorado.
¿Será el futuro un médico que pueda caber en un bolsillo si es necesario? Así parece.
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