Pruebas recientes en monos obesos muestran una reducción del 11% en el peso corporal después de algunas aplicaciones.
El medicamento funciona de maneras totalmente diferentes que otros productos del género, que intentan reemplazar o sustituir las formas en que los humanos comen, alterando la sensación de apetito o los niveles metabólicos: la acción es interna y sorprendente. Los principios de la sustancia de investigación buscan el suministro de sangre que se une a los tejidos grasos, y aplican a estos un péptido que mata las células sanguíneas presentes en estos tejidos, absorbiendo las células grasas casi instantáneamente.
Parece ciencia ficción.
El equipo probó primero la droga en cobayas y ahora en monos "espontáneamente obesos" (están ansiosos por darlo a conocer: atiborrarlos por la fuerza no habría sido agradable): es un tipo de primate bastante común, simplemente perezoso o ansioso.
El índice de masa corporal, el peso y la circunferencia abdominal se han reducido a una velocidad supersónica: no parece haber efectos secundarios (incluidos cambios en el estado de ánimo o en el sistema linfático). Sin embargo, ¡no canten la victoria, glotones! El proceso para las pruebas en humanos es todavía largo (al menos 5 años todavía).