En tiempos difíciles como estos, las demandas populares persisten: en los últimos 3 años y medio los únicos avances positivos para nuestro país han sido los referéndums. Con la creciente sorpresa de políticos y estudiosos de los flujos sociales, los movimientos de protesta política se organizan y se preparan para ser, gracias a Internet, cada vez más estructurados e 'inteligentes'.
Un fenómeno típico e importante en la estructura de los movimientos populares que están cada vez más presentes (desde los movimientos de protesta pacífica hasta los 'revolucionarios' en el norte de África) es la falta de un líder tradicional: más bien, se puede investigar una 'marca líder', un 'escudo 'detrás del cual muchos intereses convergentes encuentran un terreno común para organizarse desde abajo. Muchos grupos incluso afirman la ausencia de un líder.
¿Por qué la insistencia de los medios de comunicación en la búsqueda de un líder a toda costa o la demonización 'in toto' de cualquier grupo organizado de ciudadanos? La razón se encuentra en el deseo de la 'sociedad analógica' de comprender mejor la naturaleza y organización de los grupos: es decir, hay una falta de comprensión de un hecho fundamental: la tecnología de las Redes y el Newtorking Social está cambiando la política.
Para muchos observadores políticos tradicionales, la noción de que un movimiento político puede crecer sin líderes es inconcebible: ¿a quién pondrán en la tapa sin un líder? ¿Y a quién entrevistarán en la televisión? Sobre todo, ¿quién negociará con ellos? Después de todo, (incluido Grillo en Italia), cada movimiento anterior tenía una figura de referencia: entonces, ¿cómo explican los movimientos de la Primavera Árabe en Túnez y Egipto?
La razón subyacente está precisamente en la interpretación de estos movimientos: no carecen de líderes, al contrario. Están LLENOS de líderes. Es un tipo de liderazgo distribuido totalmente diferente de lo que creemos conocer: no es vertical sino horizontal, y se basa en el 'compartir' de un carisma superestructural: los mecanismos tecnológicos permiten decisiones grupales válidas y efectivas (alguien todavía recuerda Referéndum sobre agua y energía nuclear?).
Muchos de nosotros venimos de generaciones que solo conocen la vieja concepción del liderazgo y nos resulta difícil pensar en el 'mando' como un factor de toma de decisiones que puede provenir de una forma organizada de inteligencia colectiva: toda nuestra educación (escuelas, iglesias, gobiernos, empresas) nos lleva a pensar que el liderazgo es una forma de interacción 'vertical', de arriba abajo, formada por orden por un lado y obediencia por otro.
El viejo esquema es: responder las preguntas correctas, ejecutar órdenes, hacer aprendizajes y avanzar en la carrera.
Hoy, sin embargo, vivimos en un mar de conexiones sociales 'laterales' que permiten a todos conectarse y compartir necesidades y talentos capaces de satisfacerlas.
Las instituciones políticas tradicionales aparecen en desgracia, incapaces de reformarse y paralizadas por la búsqueda de constantes desafíos e intereses especiales: el resultado es una explosión de movimientos ciudadanos que demandan un cambio social. Los Indignados, por citar uno sobre todo: organizaciones lenticulares en las que todo el mundo es equidistante de un centro argumentativo, no hay pirámide sino esfera de intereses: en tal sistema, si un nodo 'cae' hay otros dispuestos a reemplazarlo y tomar su lugar, y no puedo detenerlo golpeando una 'cabeza'.
Carecemos de dinero, pero esta situación podría marcar un marcado aumento de nuestro sentido de responsabilidad y (espero) el abandono de una mentalidad delegadora en favor de un abordaje activo y cooperativo de los problemas. Si Internet tiene éxito en esto (superando la enorme resistencia del cabildeo actual), la política del futuro prescindirá de políticos profesionales.