Y solo cuento a los humanos: hasta ayer se consideraba un producto de desecho desagradable (excepto para los amantes acérrimos de las bebidas). Hoy, un equipo de científicos británicos ha descubierto una posible y muy útil aplicación que ayudaría a transformar la orina en electricidad.
Dr. Ioannis Ieropoulos y su equipo en la Universidad de Bristol publicó los sorprendentes resultados de un estudio la semana pasada, que muestra cómo la orina se puede utilizar con éxito en células de combustible microbiológicas. La publicación explica que el líquido puede actuar como cátodo en una batería, reaccionando con un ánodo bacteriano.
Incluso las primeras pruebas confirman la viabilidad de las baterías Ur-Ba (las bauticé en el campo de las bacterias de la orina, pero estoy seguro de que el mundo de los negocios sabría cómo hacer que el nombre sea mucho más agradable): en este momento, el grupo de investigación está desarrollando un primer prototipo
En la actualidad, los pequeños circuitos activados no producen una gran cantidad de energía: Está claro que una hipotética 'planta de orina' debería ser alimentada por un flujo constante de este 'catalizador': el Dr. Ieropoulos confía, por tanto, en la orina que producen diariamente los animales de granja (38 mil millones de litros no son pocos).
“El impacto de esta tecnología podría ser enorme, porque implica un cambio de pensamiento desde un 'rechazo' que puede ofrecer un gran potencial en el futuro”, dice el académico. De quién es el turno, por lo tanto: considera tus próximas paradas de baño con un toque de nostalgia, recuerda que estás renunciando a algo precioso.