Para aquellos que aún necesitan pruebas de que el futuro ya está aquí, consideren esta noticia: desde ayer el mundo tiene un puerto espacial comercial en Nuevo México, abierto a los turistas que desean (y pueden, especialmente económicamente) hacer un buen viaje entre las estrellas.
El concepto mismo de 'Spaceport' es una de esas cosas de ciencia ficción: en libros y películas siempre hay alguien que va a recoger su nave espacial al espacio portuario, ¿no crees? A partir de hoy con un gran fajo de dinero para que alguien pudiera ser yo. O uno de ustedes, lo sé.
Pues bien: Virgin Galactic lanzó ayer su carrera espacial, inaugurando Spaceport America: un cruce entre una terminal de pasajeros y un hangar para un par de WhiteKnightTwo, esos 'caballeros blancos' (así se llama la nave espacial desarrollada por la empresa pionera) que llevar a los primeros turistas a las estrellas. El complejo también incluye un parque de entrenamiento para astronautas y pasajeros y el centro de control. Richard Branson, magnate financiero y visionario excéntrico, lanzó su joya bajándose descalzo de una cuerda suspendida frente a su fachada: dentro de un año, como máximo dos, será el primer pasajero oficial de su compañía espacial (en compañía de sus buenos chicos, esperando ese todo ser lo mejor).
Si esto se interpone en tu camino, prepárate para pagar un depósito de seguridad de 15.000 € y aproximadamente 150.000 € por un par de horas de vuelo con 6 minutos suborbitales en ingravidez. Poco check-in, pocas colas: todo está al principio.
Y ya no es ciencia ficción, amigos.